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Depender más de Marruecos

España, que ha sido una potencia mundial en producción agrícola, no va a ser capaz de garantizar su soberanía alimentaria

Los productos frescos se han convertido en un artículo de lujo
Los productos frescos se han convertido en un artículo de lujolarazonArchivo

El precio de los alimentos subió el 11,7% en España en 2023, que se acumula al 15,3% de 2022. En dos años, la cesta de la compra cuesta un 27% más, a causa del desmantelamiento de la producción de alimentos. La Comisión Europea tiene datos que dan escalofrío. Augura una caída del 21,5% de la superficie dedicada al cultivo de tomate. Los datos de comercio exterior de la UE demuestran cómo las importaciones de tomate marroquí al mercado europeo están matando a nuestro campo. En total, esas importaciones se han incrementado en el 52% desde 2013. La conclusión: España, que ha sido una potencia mundial en producción agrícola, no va a ser capaz de garantizar su soberanía alimentaria. El caso del tomate se puede aplicar a cualquier otro producto. Por ejemplo, a la carne. Las condiciones de producción desiguales, por disponer de productos fitosanitarios que en la UE están prohibidos o condiciones laborales semi-esclavistas, provocan que los productos de Marruecos, con mano de obra subsahariana, entren fácilmente en el mercado europeo. Lo frustrante es que sea la propia UE quien financia la creación de nuevas tierras de cultivo en Marruecos, perjudicando claramente a Europa. Pero así es.

La protesta de los agricultores europeos tiene como destinatario a la UE, que está derrumbando nuestra producción de frutas y verduras. La consecuencia es la alarmante subida de los precios de los productos frescos, que se están convirtiendo en artículos de lujo, en detrimento de los ultraprocesados. Es el principio del fin de nuestra dieta mediterránea. Pese ello, las organizaciones agrarias permanecen mudas en España.