El chequeo de la cosa
FMI en Marrakech
El organismo ha lanzado en la ciudad marroquí la peor previsión económica de los últimos años.
El FMI ha certificado el frenazo de la economía global. Lo ha hecho en Marrakech, una de las localidades golpeadas por el seísmo del 8 de septiembre. A las sombras de un Atlas marroquí devastado por el terremoto, el FMI reconoce que hay mucho adobe en la actividad económica del planeta. El adobe es barato, pero débil e inestable ante movimientos telúricos, como la actual economía, ablandada por la inflación, los tipos de interés y las guerras que flanquean Occidente, desde las estepas del este europeo al árido Oriente Medio.
El aumento de costes energéticos puede generar un nuevo empujón a las fuentes renovables o un mayor caos en los combustibles fósiles. La propia OPEP advertía del riesgo ante la falta de inversiones en el ámbito gasístico y petrolero. Afirma que se necesitan14 billones de dólares en los próximos veinte años si queremos que el planeta siga rodando.
En Marrakech, donde aún se aprecian las grietas del seísmo, el FMI ha lanzado la peor previsión económica de los últimos años. La economía global solo crecerá este ejercicio un 3% y el que viene un 2,9%. China edifica una crisis inmobiliaria de tal magnitud que reduce su avance al 4,2%. Pekín es consciente de que el paro se agranda entre sus jóvenes con tasas de desempleo superiores al 20%. La situación de Europa es más delicada que un jarrón de porcelana.
La eurozona solo mejorará siete décimas en este ejercicio y un 1,2% en el próximo. España aumentará su Producto Interior Bruto (PIB) un 2,5% este año y 1,7% el que viene. Una oportunidad para reducir la brecha de convergencia en renta por habitante con la Unión Europea porque todavía estamos a 15 puntos de la media comunitaria.
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