Comercio

El Índice Báltico Seco adelanta nuevas tensiones inflacionistas

Después de más de un mes cayendo sin descanso, ha repuntado súbitamente un 10,75%

El BDI es un termómetro económico
El BDI es un termómetro económicoCC0 PUBLIC DOMAINCC0 PUBLIC DOMAIN

El Producto Interior Bruto (PIB) de un país o las previsiones de organismos internacionales no son los únicos indicadores que se utilizan para analizar la economía mundial y la evolución de sus distintos componentes. Existen otros termómetros que, si bien son menos conocidos, sí que ofrecen información relevante sobre crecimiento o evolución de los precios. Uno de ellos es el Índice Báltico Seco (BDI, por sus siglas en inglés), que es una medida que ofrece información sobre lo que cuesta enviar materias primas alrededor del mundo, siendo, además, de un claro termómetro de la evolución del comercio mundial, también de la evolución del precio de las materias primas y otros productos básicos y, en consecuencia, de la evolución de la inflación. Después de estar cayendo sin pausa desde el pasado 4 de diciembre (un 55%), el pasado viernes subió súbitamente un 10,75%, lo que podría estar enviando un mensaje de que la inflación, después de una cierta relajación, podría encarar en este 2024 una nueva etapa de subidas, con todas las consecuencias negativas que implicaría. Y es que, al final, el Báltico Seco actúa como un índice adelantado, ofreciendo una radiografía de la demanda mundial de productos básico y materias primas. El índice es elaborado diariamente por la Bolsa del Báltico (Baltic Exchange), y para ello los miembros de la bolsa llaman a los transportistas de carga seca a granel de todo el mundo para conocer sus precios en 22 rutas marítimas distintas. Una vez que han obtenido estos datos, los compilan y encuentran una media. Lógicamente, esta negociación de los fletes tiene un impacto directo en los precios de, por ejemplo, acero, el hierro o el cemento. Los encarece si suben y los rebajan si descienden. A este incremento súbito del Índice Báltico Seco, se suma el hecho de que el tráfico marítimo por el Canal de Suez se haya reducido un 30% con respecto a su nivel de hace un año, según el Middle East Monitor. Todo ello puede reavivar los problemas en las cadenas de suministro e incrementar de nuevo las tensiones inflacionistas.