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El "Índice Miseria II" revela un empobrecimiento de las familias en EE UU

Biden presenta una imagen brillante de la economía en un momento en que hogares y pequeñas empresas pasan por apuros, lo que podría tener repercusiones negativas pare el actual presidente en las próximas elecciones

Joe Biden se presenta a la reelección el próximo mes de noviembre
Joe Biden se presenta a la reelección el próximo mes de noviembreAlex BrandonAP

Una de las cosas más peligrosas que puede hacer un gobierno es presentar una imagen brillante de la economía en un momento en que las familias y las pequeñas empresas están sufriendo. Los gobiernos siempre son optimistas, pero enviar mensajes eufóricos tiende a resultar contraproducente, especialmente cuando la situación de la clase media es complicada.

En Estados Unidos, el mensaje de la administración Biden de “la economía más fuerte en décadas” no es sólo una exageración, sino que también puede enojar a los votantes que sufren la carga del crecimiento negativo de los salarios reales, la inflación acumulada y unos impuestos más altos, tal y como ha advertido Daniel Lacalle en un artículo publicado en Mises Institute.

Según un estudio del Tax Policy Center, entre el 20% y el 30% de los hogares de ingresos medios experimentaron un aumento de impuestos en 2022 y, según la Tax Foundation, los trabajadores soportan aproximadamente el 70% de los aumentos impositivos sobre la renta de las empresas. Las tasas indirectas son sólo una fuente de pérdida de poder adquisitivo para las familias. El aumento de la tributación sobre la capacidad productiva reduce la disponibilidad de empleos en el sector manufacturero, limita el crecimiento de los salarios reales y crea costos más altos para los consumidores.

Una forma de medir la situación de las familias en Estados Unidos es el "Índice de Miseria II", calculado como la tasa de desempleo actual sumada a la medida de inflación acumulada del índice de precios al consumidor durante los últimos cuatro años. Históricamente, este indicador según Bloomberg Economics, ha sido del 17,65% en los años en los que el actual presidente gana una elección. Sin embargo, la realidad de la economía estadounidense hoy es mucho peor.

El "Índice de Miseria II" de Estados Unidos se sitúa en el 23% para toda la nación, y Bloomberg Economics estima que alcanzará un asombroso 24% para el momento de las elecciones.

Esto significa que el ciudadano estadounidense promedio ha perdido una enorme cantidad de riqueza y poder adquisitivo en salarios debido a la inflación acumulada, y el bajo desempleo puede no crear apoyo de los votantes, ya que la realidad del crecimiento de los salarios reales también muestra que el trabajador estadounidense promedio está pasando apuros. Como señala Ryan McMaken, el reciente aumento minúsculo de los salarios reales no es una buena noticia cuando se produce después de 25 meses consecutivos de caídas interanuales de las remuneracioes reales desde mediados de 2021 hasta la mitad de 2023. Esto significa que el salario medio por hora ha aumentado sólo un 0,76% en los últimos cuatro años, cuando en los cuatro años anteriores se incrementaron tres veces más, un 2,8%.

Este "Índice de Miseria II" no sólo es malo para todo Estados Unidos. Según Bloomberg, a las economías de los estados indecisos les ha ido relativamente mal durante la presidencia de Biden, especialmente desde mediados de 2022, con un índice que es casi dos puntos porcentuales más alto que el de otros estados.

No sabemos si esto marcará una gran diferencia en las decisiones de los votantes, pero el debilitamiento de las condiciones de los trabajadores y las empresas son señales de por qué el estadounidense promedio ve una economía mucho más débil de lo que sugieren los titulares.

La llamada "Bidemómica" ha llevado la deuda a un máximo histórico y no ha generado crecimiento de los salarios reales con un bajo desempleo oficial que disfraza la participación laboral y las relaciones empleo-población por debajo del nivel de 2019.

Una economía fuerte no mostraría un crecimiento promedio de los salarios reales del 0,7% en cuatro años, un déficit gubernamental anual de dos billones de dólares con una deuda de 34 billones y una inflación oficial acumulada del 17,6% (33,7% en caso de los alimentos;18,7%, en el de la vivienda; 32,8%, en el de energía, y un 30% estimado en todos los bienes no reemplazables).