El chequeo de la cosa

El viaje de los tipos

Las tasas oficiales marcan el 3,75% y la meta es un lejano 2% de inflación cuando la eurozona presenta un preocupante 7%

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCESTEPHANIE LECOCQAgencia EFE

El viaje no ha finalizado, dice Christine Lagarde. Habrá más subidas en los tipos de interés. La presidenta del Banco Centra Europeo cree que es más importante el camino que el destino. Se nos ha vuelto «machadiana». Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Las tasas oficiales marcan el 3,75% y la meta es un lejano 2% de inflación cuando la eurozona presenta un preocupante 7%.

Controlar los precios es una difícil tarea, tan compleja como los trabajos de Hércules o la navegación hacia Ítaca. No hay que temer a los cíclopes ni a Poseidón si no los llevas en tu alma, cantaba Kavafis. Y por mucho poder que tenga el BCE, entre los socios de la eurozona y de la UE hay muchos cíclopes acechando.

En esta senda empinada del encarecimiento del dinero, van quedando náufragos de las hipotecas variables que escucharon a destiempo a las traicioneras sirenas del Euríbor. Las familias sienten las embestidas tormentosas de la letra del piso por estribor y la galerna de los precios de la cesta de la compra por babor.

El Banco Central Europeo lucha contra la amenaza fantasma de la inflación que, en buena parte, alentó él mismo, buscando un equilibrio siempre inestable en aguas turbulentas sin que la nave económica embarranque.

A la vez, se levantan nuevos torbellinos disfrazados de bancos regionales estadounidenses que, de uno en uno, en ordenado y cruel destino, van desfilando hacia las siniestras rocas vagabundas. Y esto asusta a las autoridades monetarias, el pasado es aún muy reciente, está fresco, aún lo estamos pagando.

Keynes ya advertía que el mercado puede ser irracional durante más tiempo que usted solvente.