Salud y bienestar

El grave error que cometemos al usar un baño público: "Puede afectar a tu suelo pélvico"

Un gesto común y aparentemente inofensivo podría tener consecuencias inesperadas para la salud del suelo pélvico

El grave error que cometemos al usar un baño público: "Puede afectar a tu suelo pélvico"
El grave error que cometemos al usar un baño público: "Puede afectar a tu suelo pélvico"Unsplash

Los baños públicos siempre han sido escenario de debates sobre higiene: desde quienes evitan sentarse en la taza por miedo a las bacterias hasta quienes se obsesionan con cubrirla con papel antes de usarla. Pero hay un gesto que casi nadie cuestiona y que, sin embargo, podría estar afectando a nuestro cuerpo de maneras que no imaginamos: estornudar mientras estamos en el inodoro.

De acuerdo con la evidencia científica, el mayor riesgo en estos espacios no es sentarse en la taza -la piel es una barrera muy efectiva contra la mayoría de bacterias- sino lo que hacemos con nuestro cuerpo mientras estamos allí. Y estornudar, según especialistas en suelo pélvico, puede ser más problemático de lo que parece.

Lo que dice la ciencia sobre la higiene

Un gesto tan habitual como peligroso
Un gesto tan habitual como peligrosoUnsplash

Un estudio de la Universidad de Colorado, analizó la presencia de bacterias en baños públicos y reveló que las superficies que tocamos con las manos -pomos, grifos, dispensadores- concentran la mayor cantidad de microorganismos. La taza del váter, en cambio, no es el gran enemigo que muchos creen: el riesgo de infección por contacto directo es mínimo siempre que no existan heridas abiertas.

Los expertos señalan que la transmisión de bacterias ocurre sobre todo por las manos, no por sentarse en el inodoro, y que el verdadero error de higiene es no lavárselas correctamente después.

La presión que no vemos

Entonces, ¿qué tiene de malo estornudar en el baño? Según Laura Rojas, fisioterapeuta especializada y creadora de la plataforma @ensuelofirme, el problema está en la presión interna que se genera en el cuerpo: "Cada vez que estornudamos, aumenta de forma brusca la presión en la zona abdominal y pélvica. Si esto ocurre cuando estamos en el inodoro, especialmente si empujamos al mismo tiempo, esa presión extra puede debilitar los músculos del suelo pélvico a largo plazo", explica Rojas.

Este gesto repetido, advierte, puede favorecer la aparición de prolapsos, pérdidas de orina o hemorroides, sobre todo en mujeres que ya tienen factores de riesgo como partos previos o estreñimiento crónico.

Cómo proteger tu suelo pélvico

Los especialistas recomiendan adoptar medidas sencillas para proteger esta zona del cuerpo:

  • Evitar empujar o hacer fuerza al evacuar.
  • No estornudar ni toser en la taza del váter, especialmente si es algo habitual.
  • Mantener una buena higiene de manos para reducir el riesgo de infecciones.
  • Consultar con un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico si hay síntomas como escapes de orina o sensación de pesadez pélvica.

"Cuidar el suelo pélvico es mucho más que evitar esfuerzos físicos extremos. También implica prestar atención a los gestos cotidianos, porque son los que más impacto tienen a largo plazo", concluye Rojas.