Nando Salvá

A la sombra de Capone y Luciano

La nueva serie de HBO recrea la figura del gánster que lideró la comunidad negra de la Nueva York de mediados del siglo pasado

El actor Forest Whitaker en una de las escenas de la nueva serie de HBO, «El padrino de Harlem»
El actor Forest Whitaker en una de las escenas de la nueva serie de HBO, «El padrino de Harlem»larazon

El gánster ha sido un personaje arquetípico de la narración americana al menos desde que el mítico Scarface vio la luz en 1932 gracias a la película homónima de Howard Hawks, y así se explica que mafiosos de carne y hueso como Al Capone y Lucky Luciano sigan ejerciendo de iconos pop décadas después de su muerte

El gánster ha sido un personaje arquetípico de la narración americana al menos desde que el mítico Scarface vio la luz en 1932 gracias a la película homónima de Howard Hawks, y así se explica que mafiosos de carne y hueso como Al Capone y Lucky Luciano sigan ejerciendo de iconos pop décadas después de su muerte. Por eso resulta curioso que Bumpy Johnson, un capo criminal afroamericano que fue amo y señor de Harlem a mediados del siglo pasado –controlando el tráfico de armas y heroína al tiempo que mantenía la paz y el orden en el seno de su comunidad–, permanezca en la trastienda de la cultura popular. Remediar eso es probablemente una de las razones de ser de la nueva serie de HBO. «El padrino de Harlem» se sitúa en los últimos años de vida del mafioso y en concreto arranca en 1963, con su salida de Alcatraz tras pasar 11 años entre rejas. Al volver al barrio, se lo encuentra completamente distinto. Los negocios propiedad de los negros están en crisis, el consumo de drogas entre los vecinos es galopante, y el negocio de las drogas ha pasado a ser controlado por un clan italiano, los Genovese. Para recuperar el dominio de la zona, Bumpy deberá entrar en contacto con las complejas realidades de una comunidad que no tardará en experimentar una revolución gracias al movimiento por los derechos civiles. Los otros dos protagonistas del relato son Malcolm X y el congresista Adam Clayton Powell Jr.; junto a Bumpy, representan sendos métodos de influencia del hombre negro en una sociedad racista. Por un lado, Powell usa la política y la fe cristiana para promover el cambio entre sus hermanos; por el otro, Malcolm X predica el activismo y el islam. Y en medio de ellos está Bumpy, que lucha por el bienestar de su gente pero cuyo negocio depende precisamente de la corrupción y la violencia que la está destruyendo. Y su modo de diseccionar la compleja relación entre ellos, estableciendo en el proceso una red de alianzas endebles, traiciones y problemas cuyas soluciones solo sirven para crear más problemas, es lo que empuja la historia en direcciones improbables y la dota de una profundidad que a menudo se echa de menos en las ficciones sobre el crimen organizado. En el proceso, la mirada que «El padrino de Harlem» ofrece del barrio en el que transcurre logra resultar tan inmersiva como la que «Mad Men» ofreció de Manhattan: los clubes de jazz, los apartamentos lujosamente horteras y los sótanos manchados de sangre son retratados con gran celo por el detalle, y las conductas de los personajes evocan las idiosincrasias de un tiempo pasado. En ese sentido, la profusión de modismos gansteriles en los diálogos y de comportamientos hoy considerados estereotípicos hacen que la serie a ratos bordee el «cartoon». Y a ello también contribuye su empeño por abrir demasiadas líneas narrativas a la vez, que la hace renquear bajo el peso de su propia ambición y dificulta el equilibrio entre los momentos más lúcidos y los más visceralmente violentos. Si a pesar de todo ello logra mantenerse firme y consistente dramáticamente es en buena medida gracias al magnífico trabajo interpretativo de Forest Whitaker, que dota al personaje titular un impasible tormento y de un resentimiento irresoluble, causado por los límites de su propio poder y por la conciencia de que nunca alcanzará la estatura criminal de aquellos gánsteres pop a cuya sombra creció.

Dónde: HBO

Cuándo: Estrenada el 1 de octubre

Por qué hay que verla/ por qué no: Aún hay caminos narrativos por recorrer en el género del crimen organizado.

El mayor acierto: Forest Whitaker dota a Johnson de la introspección. Se ha convertido en sello personal.

Si le gusta también puede ver... «American Gangster»(2007) y «Malcolm X» (1992), Peaky Blinders o Gotham. odolob

El dato: Detrás de la serie se encuentran Chris Brancato y Paul Eckstein, creadores del éxito televisivo «Narcos».