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Eurovisión: Israel twelve points

Imagen de la promoción del certamen
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No se si ustedes vieron el pasado sábado la Gran Gala de Eurovisión que este año se celebraba en Tel Aviv. Personalmente creo que la última vez que vi Eurovisión fue cuando cantó Rosa y Bisbal le hacía los coros junto a un grupo de “triunfitos”, así que entiendo a los que hayan sentido un absoluto desinterés hacia este evento. Por mi implicación personal como amigo de Israel, esta vez he seguido todo el festival desde semanas antes de su celebración. He vivido como los terroristas de Hamas, lanzaron setecientos cohetes contra civiles israelíes tan solo una semana antes de la celebración de la gala musical. Dejaron de lanzarlos cuando Qatar les hizo llegar 50 millones, demostrando así que aparte de ser una “recua” de terroristas islámicos, son también una banda mafiosa que tiene en la extorsión una de sus mayores fuentes de ingresos. Regresando al tema de Eurovisión y a esta edición de 2019, lo que podemos sacar en conclusión es que todo ha sido un gran éxito para Israel. Por una parte todos los que trataron de promover un boicot a la celebración del evento fracasaron estrepitosamente, algo que demuestra lo que llevo tiempo diciendo: esos grupos anti-Israel, son apéndices de organizaciones de extrema izquierda, eso sí, bien regados de dinero público a través de numerosas subvenciones. Evidentemente no existe ningún apoyo social a ese boicot a Israel, más allá de esos periodistasrecaderos en medios de izquierdas, comprometidos o asalariados del populismo comunista. En definitiva a pesar de las presiones mediáticas de los lacayos populistas, el boicot a Israel resultó un absoluto fracaso, por una sencilla razón, no existe el mínimo apoyo social en el que sostener su interesado y rentable discurso. En esta Gran Gala de Eurovisión en Israel, vimos creo que por primera vez la implicación de una auténtica leyenda viva de la música. Madonna estuvo allí, hizo su número musical presentando un mensaje que hablaba de música y paz. A unos les gustó y a otros les pareció fuera de lugar, personalmente a Madonna le perdono todo, hasta algún gallo que soltó durante su actuación. Trataron de dar la nota los miembros del equipo de Islandia, mostrando unas bufandas de apoyo a Palestina. Eran un grupo de jóvenes de buenas familias, alguno hijo de diplomático, vamos lo habitual de los niños pijo-malos-anti-sistema. Aparecieron vestidos con unos correajes estilo sado-maso y muy maquillados. No pude evitar imaginarme que si se hubieran paseado así por Ramala o Gaza, les habrían dado una ración de AK47, para después atarles a una moto y arrastrar sus cuerpos por Gaza City, vamos la costumbre local de Hamas. Muchos de los que vieron este festival de Eurovisión descubrieron por primera vez, qué es en realidad Israel, más allá de la narrativa políticamente correcta de nuestros medios. Vieron a Miki, el representante español, haciendo turismo por Israel, vieron sus calles, sus gentes. Fueron fantásticas las llamadas “postales de Israel”, pequeños montajes que en dos minutos hacían un recorrido por todo el país. En definitiva, pudimos ver todo aquello que se oculta en muchos medios occidentales que sólo quieren vendernos “conflicto”. Finalmente, Israel se mereció los “twelve points” por su impecable organización. Los odiadores de siempre acabaron frustrados y los amigos de Israel hicimos un poco nuestro ese éxito. El año que viene le toca a Ámsterdam y lo tienen difícil, Israel ha puesto “el listón” muy alto.