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Alimentación

A Chicote se le indigesta la comida

El cocinero estrena hoy «¿Te lo vas a comer?» en laSexta, un programa en el que denuncia la mala alimentación que se da en algunas residencias de ancianos, colegios e incluso en el Ejército.

Alberto Chicote muestra paquetes de comida durante uno de los episodios. Foto: lasexta
Alberto Chicote muestra paquetes de comida durante uno de los episodios. Foto: lasextalarazon

El cocinero estrena hoy «¿Te lo vas a comer?» en laSexta, un programa en el que denuncia la mala alimentación que se da en algunas residencias de ancianos, colegios e incluso en el Ejército.

Indignado, emocionado hasta el borde del llanto, empático con los que sufren y muy cañero con los que provocan ese dolor. Así se muestra Alberto Chicote en la segunda temporada de «¿Te lo vas a comer?» –que se estrena hoy en laSexta en horario «prime time»– un programa de denuncia sobre las deficiencias alimentarias que padecen ancianos, niños enfermos y los que almuerzan en los comedores escolares.

«No soy un simple narrador, miro a los implicados a los ojos. Me dan poca información de cada uno de los casos porque mi cara de sorpresa ante lo que me cuentan le aporta frescura al programa. Lo que buscamos es que el espectador se identifique con lo que está viendo», afirma Chicote, que añade: «Si no me emocionase significaría que no tengo sangre en las venas, porque están ocurriendo cosas muy graves». En la entrega de hoy, el cocinero visita el colegio María Mariño de La Coruña, donde los padres tienen escolarizados a sus hijos con altos grados de discapacidad. Los padres, a través de llamadas al equipo de «¿Te lo vas a comer?» y tras varias denuncias a la Xunta, lograron que Chicote entrase en sus instalaciones. «Es terrible que a personas muy desvalidas se les trate tan mal. Le pongo un ejemplo: hay un niño que no puede deglutir y se limitan a triturar lo que dan de comer al resto. ¿Pero cómo se puede licuar una empanada gallega sin que no haya grumos? Están poniendo su vida en peligro», reflexiona. Tras varias semanas intentando entrevistar a los responsables de la Xunta, logró hablar con uno de ellos. «Me sabía mejor la situación yo que él. Fue desolador. Ante estas situaciones casi sientes más miedo», dice.

Colectivos de alto riesgo

Los ancianos son otro colectivo de alto riesgo y de los más desprotegidos. En España viven alrededor de siete millones de personas de entre 70 años y 100. Según la Sociedad Española de Nutrición Parental, la desnutrición en las residencias de mayores supera el 60 por ciento. Chicote pone como ejemplo la irritación de un hijo que vio como su madre entró en una de ellas pesando 47 kilos. Sin tener ningún problema grave de salud, «murió con 25 y deshidratada. Es tremendo». Otro de los grandes problemas es la comida que reciben a domicilio. «Abres los paquetitos que les llevan y es escalofriante. No se tiene en cuenta los criterios básicos de nutrición... Son situaciones muy hirientes porque todos tenemos a un familiar cerca y, sobre todo, más tarde o más temprano vamos a ser viejos y ver ese panorama y el aspecto de la comida...», se lamenta. En numerosas ocasiones el equipo ha intentado, sin conseguirlo, grabar a los inspectores sanitarios. «Me imagino que harán su trabajo, pero no nos dejaban acompañarlos en sus visitas de control y ver cómo lo hacen, por lo que no puedo dar una opinión, aunque me asombra el secretismo». La situación no es mejor en muchos centros escolares. Se calcula que 1,7 millones de niños comen en el colegio y la administración está obligada por ley a velar por sus intereses y que las dietas sean equilibradas para evitar problemas de sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares. En este caso, Chicote se quedó estupefacto cuando el director de uno de ellos como única respuesta le facilitó el menú de verano y de invierno «que se repetía cada semana, por lo que no había variedad».

Como cocinero es inevitable preguntarle si la comida es tan cara para que en algunas ocasiones sea muy deficiente: «No lo sé, es un tema muy complejo. Imagino que, tanto en los hospitales como en otros lugares, tienen una partida presupuestaria determinada y han optado por externalizar los servicios de cocina. A lo mejor se está siendo más receptivo con la empresa que les propone el mejor precio en vez de la calidad del servicio. Ocurre igual en el ejército, al que le dedicamos un programa especialmente complicado porque los militares que contactaron con nosotros tenían miedo a que les expedientasen y les echasen de las Fuerzas Armadas. Lo que tengo claro es que hay que poner medios».

¿Comen bien los deportistas de élite?

Unos 300 deportistas reciben dinero del Estado para dedicar su vida al deporte. Vivimos sus éxitos como nuestros, pero algunos pueden perder una medalla por una dieta inadecuada. «Es fundamental que sea la que le corresponde para la disciplina deportiva que practiquen y también que estén controlados por los entrenadores», explica.