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‘Mrs. Wilson’: Viuda de un enigma

En la miniserie que Filmin estrena, la actriz Ruth Wilson recrea la fascinante historia de sus propios abuelos paternos

Ruth Wilson, que interpreta a su abuela Alison Wilson, e Iain Glen que se pone en la piel de Alexander Wilson
Ruth Wilson, que interpreta a su abuela Alison Wilson, e Iain Glen que se pone en la piel de Alexander Wilsonlarazon

En la miniserie que Filmin estrena, la actriz Ruth Wilson recrea la fascinante historia de sus propios abuelos paternos.

La biografía de Alexander Wilson es sin duda fascinante. Prolífico autor de novelas de espionaje y agente del servicio secreto británico durante la Segunda Guerra Mundial, Wilson tenía la mala costumbre de acumular familias como quien colecciona posavasos. Entre la década de los 20 y la de los 50 se casó con cuatro mujeres sin molestarse entretanto en divorciarse de ninguna de ellas, y en ese tiempo se las arregló para formar cuatro proles y mantenerlas escondidas las unas de las otras –muchos de sus descendientes no se conocieron hasta 40 años después de su muerte-. Tan solo imaginar el esfuerzo que debió poner en mantener el engaño ya resulta agotador.

Dicen que nunca llegamos a conocer a nadie, ni siquiera a nuestros seres queridos. Y, mientras se acerca a la figura de aquel impostor, la miniserie que ahora llega a Filmin demuestra que es rigurosamente cierto. Como su título indica, el centro de la trama no lo ocupa él sino Alison Wilson, su tercera esposa. La historia arranca en 1963, cuando la mujer -encarnada por la gran Ruth Wilson, que de hecho es nieta de la pareja- lleva casada 22 años con el escritor y exespía -interpretado por Iain Glen, también conocido por su amor no correspondido a Khaleesi en Juego de Tronos-. Tras la repentina muerte del marido a causa de un ataque al corazón, Alison descubre inmediatamente que su matrimonio ha sido una farsa. A partir de entonces la acción empieza a dar saltos atrás y adelante en el tiempo, combinando los esfuerzos de la viuda por resolver el puzle con flashbacks que nos muestran a la pareja al principio de su romance, durante la guerra y a través de altibajos en su relación. A medida que aparecen más mujeres e hijos, va quedando claro que o bien el muerto era incapaz de separar la realidad de la fabulación, o bien simplemente disfrutaba mezclándolas.

Aquí, la protagonista de The Affair y Luther interpreta a la señora Wilson en el transcurso de 20 años, durante los que la ingenuidad da paso a la severidad. Mientras Alison busca la verdad y va hundiéndose en la incredulidad y la desesperación, la actriz acomete sus escenas con tal fiereza que, al verla, uno se olvida de que en realidad está interpretando a su abuela.

Mrs. Wilson logra que cada nueva revelación nos sorprenda tanto como a su protagonista, pero en todo caso sus intenciones parecen ir más allá. En última instancia la serie pone en cuestión el reparto de responsabilidades. A lo largo del metraje vamos descubriendo que Alison ha pasado su vida ignorando excusas imposibles y desapariciones durante largos periodos de tiempo e inexplicables problemas financieros, e inevitablemente nos preguntamos, ¿cuánta culpa tiene quien miente, y cuánta quien se empeña en ponerse la venda y creerse la mentira? Pero quizá la reflexión más intrigante que la serie estimula procede de su mirada a un tiempo no tan lejano en el que mantener una doble vida todavía era posible, una época en la que no existían ni Facebook ni el Big Data ni los algoritmos ni las apps espías, y en la que por tanto uno podía salir de casa y convertirse en otra persona. Incluso para quienes no tuviéramos intención de hacer uso de ella, habría sido bonito disponer de esa libertad.