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Tel Aviv se “atreve a soñar” con Eurovisión

El representante español, Miki, cada vez tiene más éxito entre los israelíes, que le dan ánimos por la calle

Miki, durante una entrevista que realizó para un canal de televisión griego / RTVE
Miki, durante una entrevista que realizó para un canal de televisión griego / RTVElarazon

El representante español, Miki, cada vez tiene más éxito entre los israelíes, que le dan ánimos por la calle.

En las avenidas principales de Tel Aviv se puede leer el eslogan «Atrévete a soñar» con el que Israel recibe a los concursantes y visitantes que han llegado para vivir «in situ» el Festival de Eurovisión. Tras la victoria el pasado año de la cantante israelí Netta Barzilay en Lisboa con «Toy» –que se convirtió en un éxito inmediato–, el país, consciente de que iba a ser el anfitrión, se ha preparado a conciencia para que este evento –en el que ha invertido un gran esfuerzo y un generoso presupuesto– muestre su mejor versión en un certamen que siguen millones de personas en todo el mundo.

Además del escenario principal en el recinto ferial al norte de la ciudad, donde se celebran las semifinales y la gran final del sábado, Tel Aviv ha instalado la «Eurovisión Village»: un enorme complejo a pie de playa equipado con escenarios, pantallas gigantes y puestos de venta de comida callejera, bebidas y artesanía local. No se puede dejar de hablar de la atracción que genera en el público local la llegada de Madonna o el «show» de Netta. En «la ciudad que nunca duerme» interesa, y mucho, el aspirante español Miki. Poco después de la apertura del recinto a pie de playa, ya podían divisarse varias banderas españolas. El joven cantante declaró a la agencia Efe que está convencido de que España logrará superar la maldición de los últimos años: «Creo que el voto de la audiencia nos va a ser bastante favorable. Mucha gente dice que su hijo está todo el día escuchando ''La Venda'' en el coche y quiero pensar que les va a gustar. Tenemos una puesta en escena increíble», señala.

Encantados con la ciudad

La canción de nuestro participante les gusta a los israelíes, que le paran por la calle para saludarle y darle ánimos. Por su parte, Miki destaca el sentido de «jutzpá» (carácter atrevido) de los habitantes. Si bien pocos días antes del inicio de Eurovisión todavía no se habían agotado ni las plazas hoteleras ni las entradas disponibles para asistir al festival, los visitantes extranjeros se muestran encantados con la ciudad. Diana y Adrián, una joven pareja recién llegada de Rumania, está eufórica: «Soy una gran fan de Eurovisión. Pero también aprovecharemos nuestra estancia para visitar otros lugares, como la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén», dice la joven, que destaca el ambiente del paseo marítimo.

La inglesa Kat, que en el pasado vivió en Israel, aprovechó que el evento se celebraba en Tel Aviv para venir a pasar unos días: «Creo que la canción que representa a nuestro país no es tan buena. Veo como favoritos a Holanda, Suiza y Chipre», afirma. Las alemanas Yoana y Laura compraron billetes con destino a la ciudad costera sin tener en cuenta que coincidía con el festival y no pueden tener mejor impresión. «Es una ciudad hermosa. Amamos sus buenas vibraciones, la comida y la gente. Cuando llegamos ayer no sabíamos cómo encontrar nuestro apartamento, y diez personas nos preguntaron si necesitábamos ayuda. Son muy buenos y bondadosos», destacan. La colombiana Katherina, que prepara arepas en un puesto de comida, afirma que «es un evento súper especial, nunca había estado en un festival tan grande con personas de todo el mundo. Creo que es una buena oportunidad para mostrar Tel Aviv e Israel al mundo».

El mismo día de la apertura del Eurovisión Village, varios centenares de israelíes se agruparon en la plaza Habima de la ciudad para mostrar su rechazo a la política de Israel en Gaza, donde hace poco más de una semana se vivió una nueva espiral de violencia con Hamás. «La única solución posible y humana con Gaza es llegar a un acuerdo», comenta a LA RAZÓN Marc Marcus, participante en la protesta. Por ahora, parece que los ánimos están tranquilos.