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Zachary Quinto: «NOS4A2»: un vampiro sobre ruedas
Protagoniza una serie de terror en AMC
Zachary Quinto es un tipo que transita por el audiovisual estadounidense sin complejos. No le tembló el pulso al firmar el contrato por el cual interpretaría a Mr. Spok en la saga de «Star Trek» (2009), a pesar de saber que el recuerdo de Leonard Nimoy le perseguiría durante cada segundo del metraje. Tras participar en «American Horror Story» vuelve a demostrar su querencia por el terror en «NOS4A2 (Nosferatu)». En la serie, que emite AMC mañana, encarna a Charlie Manx, una variante del hombre del saco porque, a pesar de ser un vampiro, ni luce colmillos afilados ni chupa la sangre de mujeres de buen ver. Se alimenta del alma de los niños para rejuvenecer y sus despojos los deja en Christmasland, una siniestra aldea navideña salida de su imaginación donde todos los días son Navidad y está vetada la infelicidad. Su vida centenaria se ve amenazada por una joven (Vic).
Un enigma y una amenaza
Planteada como una «road movie» atípica –«NOS4A2» hace referencia a la matrícula del vehículo de Manx–, lo que más le interesó a Quinto de la ficción fue «que está basada en el libro de Joe Hill (el hijo de Stephen King) y la complejidad psicológica del personaje: es un enigma y una amenaza. Cree que ayuda a los niños, pero les está utilizando. Idealiza la Navidad porque fue un crío abandonado y al que maltrataron. Su voluntad está dominada por un trauma infantil». El actor, que acude a un terapeuta con frecuencia, admite: «Me acepto como soy, no reniego de mi lado oscuro y también me interesan los personajes que lo tienen porque me ayudan a conocerme mejor. Por supuesto, me arriesgo a que salgan a la luz partes incómodas de mi personalidad». Sobre la posibilidad de que «NOS4A2 (Nosferatu)» sea víctima de una polémica epidérmica porque el protagonista rapte niños, el intérprete niega la mayor: «No buscamos escandalizar a nadie porque no contemplamos al espectador como un sujeto pasivo. Nuestra misión es contarles una historia que para ellos sea una experiencia y no se quede únicamente en un entretenimiento vacío». Sin dejar de mirar su móvil propone una reflexión: «Si una serie provoca entre sus seguidores un debate sobre lo que significa ser padres, el maltrato infantil y las relaciones en las familias, bienvenida sea. Hay ficciones con un objetivo político, aunque su temática no lo sea».
Para reflejar el tránsito físico de Manx –que envejece y rejuvenece según la cosecha de niños que logre captar para su causa–, se ha contado, según Quinto, con el mejor diseñador de maquillaje, Joel Harlow, «con quien ya trabajé en ''American Horror Story''. La transformación física ha sido vital porque íbamos añadiendo elementos al rostro y al cuerpo que me ayudaron a encontrar el tono y la gestualidad adecuada».
Quinto confía en que las series de terror –que viven un momento de pujanza, aunque su calidad es irregular– sean una constante para algarabía de los aficionados del género. «Son una vía de escape al horror de la vida. Pero también, aunque sea de forma inconsciente, nos transportan a nuestros temores. El miedo está en el origen de todos los cuentos y gracias a la televisión llegan a un número mayor de público. En todo caso, prefiero el terror psicológico al físico.
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