Crítica de cine

Vaya multitud

Dirección: Diego Kaplan. Guión: Daniel Cúparo, Juan Vera. Intérpretes: Adrián Suar, Carla Peterson, Julieta Díaz, Juan Minujín. Polonia, 2012. Duración: 103 minutos. Comedia dramática.

Vaya multitud
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«Es como la utopía socialista». Así define la práctica del intercambio de parejas uno de sus más fervientes admiradores en «Dos más dos», como si el anonimato de los cuerpos que se desean sin ataduras emocionales albergara una suerte de aplicación del materialismo dialéctico que, adaptado a la alta burguesía de la sociedad bonaerense, suena a chiste. Chiste malo, claro, que aspira a ser comedia sofisticada –con desvío melancólico hacia el final– cuando se pasa una hora de reloj intentando convencer al protagonista, un cirujano cardiovascular de éxito, para que se preste al «swingerismo» confiando en que ésa va a ser una fiable fuente de comicidad.

Agotados los gags recurrentes, que, más que explicar al personaje, funcionan como mecanismo de retraso de la eyaculación precoz de la trama, esta historia de liberación sexual de dos parejas de amigos toma derroteros previsibles. Se agradece que las pretensiones no sean tan elevadas como las de «Four Lovers», el filme del francés Antony Cordier, que parte de una premisa y un desarrollo idénticos, y sorprende que la película funcione un poco mejor cuando se pone sería que cuando pretende hacer gracia.