Medio Ambiente
Carricerín cejudo, un pretexto diminuto para un ambicioso proyecto de conservación
Se llama "carricerín cejudo"y es una pequeña y esquiva ave, pero se ha convertido en el pretexto idóneo para poner en marcha un ambicioso proyecto de conservación y desarrollo que ha implicado a administraciones, empresas públicas y privadas y organizaciones conservacionistas. Y es que este pequeño pájaro ha regresado a un rincón de la Albufera de Valencia, el Tancat de Mília, uno de los escasos lugares de España donde descansa durante su espectacular migración entre África y el centro de Europa; espectacular por tratarse de un ave de apenas diez gramos de peso que es capaz de cubrir una distancia de miles de kilómetros.
Para conocer su estrategia migratoria, pero sobre todo para propiciar la conservación de los hábitats y situar esos ecosistemas en un foco de interés y en un pilar del desarrollo socioeconómico de la zona, la Fundación Global Nature ha puesto en marcha una campaña de "anillamiento científico"coincidiendo con su "escala"en España.
En la iniciativa intervienen la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de Sollana, la empresa pública Acuamed -propietaria del Tancat-, la empresa privada de reciclaje Fermimet, los grupos ecologistas Gotur y Xaloc o el Parador Nacional de El Saler.
Antonio Guillem, responsable de la Fundación Global Nature en Valencia, ha subrayado que se trata de dar a conocer este espacio natural y los beneficios medioambientales y socio-económicos que pueden tener todas las poblaciones cercanas a esa lugar, y ha observado que este Tancat "está ya dinamizando mucha economía en el entorno del Parque Natural de La Albufera".
"La gente, si se ve motivada económicamente, entiende y comprende la necesidad de conservar y de potenciar estos espacios", ha señalado Guillem a EFE, y ha subrayado la especial sensibilidad que genera entre los habitantes el hecho de saberse corresponsables de la presencia en su pueblo de una rareza faunística como este "carricerín".
Para el alcalde de Sollana, Joan Roda, es un privilegio contar en el término municipal con un espacio natural de estas características y de que forme parte, como Zona de Especial Protección Para las Aves y como Lugar de Importancia Comunitaria, de la red europea Natura 2000.
Consciente de que la destrucción del hábitat y la transformación en campos de cultivo de grandes superficies laminadas por el agua provocó la desaparición de muchas especies, hoy el alcalde está empeñado en demostrar que el retorno de esas especies y el buen estado de salud de los hábitats van a ser los pilares fundamentales sobre los que se sustente su desarrollo.
"El Tancat es un pulmón, una reserva natural; algo que a nosotros nos implica mucho a corto plazo, porque tener ahí esa reserva de aves es un legado para nuestros hijos, para nuestros nietos", ha manifestado a EFE el alcalde.
A su juicio, este espacio es muy beneficioso para todas las localidades vecinas porque "vincula"a los ciudadanos con la naturaleza; "cuando entras en La Albufera palpas la paz, te hermanas con todo; te hinchas, te llenas, te nutres de naturaleza; eso es gratificante, eso son vitaminas".
Entre las empresas que se han sumado a la iniciativa destaca Paradores, y el de El Saler -una instalación empotrada en el corazón del Parque Natural de La Albufera y enclavado entre el lago y el mar- está colaborando en la difusión, el conocimiento y la conservación de los valores ambientales del entorno.
El propio parador propone a sus clientes participar en varias actividades que, según sus responsables, pueden contribuir a "enriquecer"su estancia, y acercarse a la naturaleza para conocer cómo custodian los nidos de tortugas marinas, para identificar las aves que comparten espacio con los golfistas, o participar activamente en la conservación de las dunas, uno de los entornos más amenazados del mediterráneo.
Así, el "carricerín cejudo", una de las aves más pequeñas y amenazadas de Europa, ha logrado que su vulnerabilidad sea el argumento que fusione los intereses de las administraciones públicas, empresas y organizaciones conservacionistas; y es también uno de los culpables de que todas estén empeñadas en que La Albufera vuelva a ser un verdadero refugio de biodiversidad. Efe
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