Barcelona
El Liceu, el teatro más «ecológico» de Europa
Es el primero de la UE que logra la máxima certificación de eficiencia energética. Una apuesta con la que ahorra 343.000 euros al año
Hasta el próximo 2 de mayo (inclusive), los espectadores del Gran Teatre del Liceu, en Barcelona, podrán disfrutar de «El oro del Rin», un espectáculo en el que las desgracias se avecinarán a quien posea el secreto que las ninfas vigilan. El público seguramente no se dé cuenta, pero este teatro no es sólo uno de los símbolos de la ciudad, sino que se ha convertido en el primer teatro de Europa, que ha conseguido la máxima certificación de eficiencia energética al obtener la ISO 50001 de Sistemas de Gestión Energética. Los que sí se darán cuenta serán aquellos que «lean» las facturas, puesto que, gracias a diferentes medidas de eficiencia, el teatro ha reducido en un 40 por ciento el consumo eléctrico, al pasar de «9 millones de kWh al año de media a unos 5.200.000 kWh», explica Antonio García, jefe de Servicio de Infraestructura y Mantenimiento del Liceu.
Con su apuesta por la innovación y la eficiencia, el Liceu ha conseguido ahorrar 343.000 euros al año, de los cuales 200.000 son gracias a «la reforma de su central termofrigorífica, que produce agua fría y caliente que después se emplea en climatización. Los nuevos compresores de levitación magnética que sustituyen a las cinco máquinas que teníamos antes prácticamente no tienen pérdidas de rozamientos mecánico, por lo que se gana en eficiencia. Y como no generan ruido ya pueden trabajar a la intemperie, por lo que hemos quitado los ventiladores que había y que estaban en funcionamiento las 24 horas del día durante todo el año», precisa García.
Inversión amortizada en 2015
El ahorro por ésta y otras medidas va pagando la inversión inicial, 1.300.000 euros que desembolsó hace cinco años la empresa de servicios energéticos contratada por el teatro. Y en sólo dos años, en 2015, ya repercutirá positivamente en las partidas que destinan al Liceu el Ministerio de Cultura, la Generalitat, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, al concluir el periodo de amortización.
Además, el teatro apuesta por la gestión de residuos y por un sistema de drenaje de las aguas del subsuelo que permite que el Ayuntamiento pueda utilizarlas para el riego de parques y jardines. Y no es poca la cantidad: «126.000 m3 al año, cuando el consumo del Liceu es de 13.000. Es decir, que así aprovechamos casi 10 veces más agua que la que consumimos», destaca García. Y la ISO 50001 no es la única, el Liceu tiene ya desde 2004 la ISO 14001 y el reglamento EMAS.
No es el único teatro que apuesta por la eficiencia. Por ejemplo, el Teatro Real redujo, en 2012, un 10 por ciento el consumo energético gracias a un sistema automático de control, tal y como salió publicado en este semanario. La eficiencia energética va, aunque muy lentamente, ganando terreno.
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