Medio Ambiente

La hormiga argentina amenaza los ecosistemas en España

Esta especie exótica es la más dañina de la docena de variedades de hormigas no nativas diseminadas por España

Las hormigas españolas se ven amenazadas por la presencia de esta variedad originaria de América del Sur
Las hormigas españolas se ven amenazadas por la presencia de esta variedad originaria de América del Surlarazon

La hormiga argentina, una de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo, se ha convertido en una grave plaga en España y amenaza la biodiversidad de los ecosistemas.

La hormiga argentina, una de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo, se ha convertido, con sus apenas 2,8 milímetros, en una grave plaga en España donde acorrala a las especies autóctonas de estos insectos y amenaza la biodiversidad de los ecosistemas. Esta especie exótica, Linepithema humile, originaria de América del Sur, es una de la docena de especies de hormigas no nativas diseminadas por España, pero esta es la más dañina, ha explicado a EFE el biólogo Chema Catarineu, quien ha señalado que, además, es una especie muy ubicua.

"En numerosas localidades españolas su presencia ha provocado la casi desaparición de las especies autóctonas de hormigas", ha añadido el experto en mirmecología (rama de la entolomogía que se ocupa del estudio de las hormigas). Otros impactos negativos que causan abarcan desde la disminución de las poblaciones de insectos y vertebrados hasta alteraciones en la polinización de flores y escasez en la dispersión de semillas.

Para situar la aparición de esta especie en España, hay que remontarse a principios del siglo XX (en Europa las primeras citas datan de 1904 y en España de 1923) cuando se cree que mediante el comercio portuario con América arribaron a los muelles del levante, probablemente Valencia, las primeras hormigas. A partir de esa fecha- ha referido el experto- se empezó a expandir por toda España, especialmente en zonas costeras, colonizando ecosistemas degradados y cultivos en zonas antropizadas (humanizadas).

Esta hormiga, incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), prefiere los lugares húmedos, a ser posible con presencia permanente de agua, áreas urbanas, granjas, cultivos y zonas ambientalmente degradadas.

Para el biólogo, actualmente inmerso en una tesis sobre ecología de hormigas de la Cuenca del Segura, el éxito de este insecto radica en el dominio que ejerce en ecosistemas alterados donde se convierte en especie dominante. Catarineu ha detallado que las sociedades de la hormiga argentina son poligínicas -muchas reinas por colonia- lo que las otorga una capacidad de dispersión enorme hasta convertirlas en plaga.

Las obreras de esta especie son de pequeño tamaño, color marrón/caramelo, miden entre 2,2 y 2,8 milímetros mientras que las reinas alcanzan un tamaño entre los 4 y 6 milímetros y, en general, son fácilmente reconocible por las grandes colonias que forma.

Las reinas son fecundadas en el interior de los nidos, no hay vuelos nupciales, y se dispersan por gemación: una o más reinas se alejan del nido junto con un grupo de obreras formando nuevas colonias. A este respecto, el investigador ha explicado una peculiaridad de este insecto, la formación de "supercolonias".

Aunque son muchas colonias diferentes, las obreras, debido a su escasa diversidad genética, se comportan como si pertenecieran a una única colonia, a un único nido y se reconocen entre si, por lo que no compiten ni se matan entre ellas.

Éste es uno de los éxitos de su propagación, "no tienen enemigos dentro de su especie", ha argumentado Catirenau. Una de estas supercolonias, compuesta por miles de millones de hormigas, se encuentra localizada en el sur de Europa y abarca desde el norte de Italia hasta las costas de España y Portugal alcanzando una extensión cercana a los 6.000 kilómetros.

Sin embargo, -ha aclarado- existe una franja entre Cataluña y la Comunidad Valenciana en el que existe una colonia de estas hormigas, genéticamente diferente al resto de la supercolonia europea debido, principalmente, a que esta especie entró en España por los puertos de mar de Valencia y Barcelona surgiendo una población diferente.

Para eliminar a esta hormiga-plaga, el especialista, contrario al uso de sustancias químicas, ha indicado que sería conveniente erradicar los monocultivos en favor de cultivos más diversos y en el ámbito doméstico y zonas urbanizadas aconseja plantar setos entre parcelas para fomentar la presencia de otros insectos.

Madrid acogerá en 2017 el XII Congreso Ibérico de Mirmecología (Taxomara) que este año ha tenido lugar en Murcia organizado por la Asociación Ibérica de Mirmecología (AIM), la Asociación de Naturalistas del Sureste y la Facultad de Biología murciana.

Efe