Este país te mete en la cárcel si llevas el coche sucio, compras tabaco o llevas barba antes de los 40

El tema de las dictaduras excéntricas está muy de moda. Después de conocer países tan herméticos y reprimidos como Corea del Norte, en Asia central se encuentra otra nación muy parecida a la de Kim Jong-un, pero desconocida para la gran mayoría: Turkmenistán.

Conocida como la “república del capricho", Turkmenistán logró la independencia de la URSS en 1991, aunque todavía se está recomponiendo de dichas secuelas. Este país de dictadura extrema está gobernado por Gurbanguly Berdymukhamedov, un líder que se permite pasar largos períodos desaparecido alimentando los rumores de su muerte.

Por otro lado, el visado de Turkmenistán es famoso por ser uno de los más difíciles de conseguir: casi la mitad de las visas son rechazadas. Las nacionalidades rechazadas son aleatorias, igual que la edad, el género o el perfil del viajero.

Además, en las mismas embajadas no dan explicaciones sobre el motivo de los rechazos ni indican cuales son los criterios. La visa de turista solo se admite con carta de invitación (LOI), que emiten las agencias locales al contratar un tour por el total de los días que quieres estar en el país.

Prohibiciones surrealistas

Cuando uno llega a Asjabad, la capital de mármol blanco, uno ya se queda sorprendido en las mismas aduanas: en el listado de mercancías prohibidas, los medios de información y ediciones impresas se encuentran al mismo nivel que las armas y las drogas.

Pero la cosa no termina aquí, pues entre el resto de delitos se encuentran también el llevar barba antes de cumplir los 40 años, cambiarle el nombre a un caballo, moverse con el coche sucio o adquirir un paquete de tabaco. Y es que sin ir más lejos, a raíz de una operación de corazón a la que fue sometido el jefe de Estado, fumar está prohibido en todos los lugares públicos.

La mayoría de las reglas que hay que seguir en este país se encuentran escritas en verso, como si de un texto sagrado se tratase. De hecho, según afirmó Berdymukhamedov, estas leyes le fueron dictadas por el mismísimo Alá.

Lo cierto es que la población de Turkmenistán vive perseguida y atemorizada de no cumplir con las durísimas e inexplicables reglas del régimen egocéntrico de Berdymukhamedov. Hasta los meses del año se llaman como miembros de su familia y al pan, como a su madre.

Por su parte, Berdymukhamedov lleva una vida de lujo y viajes, alternando sus viajes de esquí a los Alpes con las ejecuciones a "supuestos" delincuentes.