Rincones insólitos de Estambul de las series turcas de televisión que arrasan en medio mundo

Los turcos le han dado la vuelta al turismo. La industria televisiva ha conseguido introducir en millones de hogares el interés por un país que se abre en canal ante la pequeña pantalla y rueda en exteriores totalmente identificables la mayor parte de sus series. Cansados de una jornada intensa de trabajo, el mando de la TV te lleva hasta Estambul, una ciudad milenaria capital de tres imperios y te descubre los rincones de sus calles, las bellezas de sus barrios, los iconos de su historia, sus contrastes asiáticos y europeos, la hospitalidad de sus gentes, los choques entre lo tradicional y lo moderno, sus imponentes mezquitas y toda una gastronomía alrededor de un té o de una sopa de yogur.

Atresmedia fue el primer Grupo en apostar por este género con la exitosa “Fatmagül”, la primera serie turca emitida en España que llegó a las pantallas de Nova en enero de 2018 y fue toda una revolución. Después siguieron otras como “Amor de Contrabando”, “Ezel”, “Sila” o “Madre”, y cuando todavía esta última estaba en emisión , el Grupo anunció la adquisición de los derechos de “Mujer”, “Hercai”, “Amor prohibido”, “Las mil y una noches”, “Fugitiva”, “Cennet” y “Mar de amores”.

Según los datos que maneja la consultora GECA, entre 2018 y 2019 se han emitido en nuestro país un total de 21 títulos turcos entre Nova (11) y Divinity (10), y muchos otros ya están anunciados.

Te explicamos cómo hacer un tour por escenarios de las series favoritas que arrasan en medio mundo.

Llegada a Estambul

Al aterrizar en el nuevo aeropuerto de Sabiha Gökcen, en la parte asiática de Estambul, la sensación de imbuirse en la vida turca envuelve al nuevo turismo que desde hace unos cuatro años recibe la antigua Constantinopla: los fans de las series turcas que repartidos por el mundo se sientan a diario ante el televisor a ver las idas y venidas de sus personajes y que llegan a Estambul con la idea de saltar de la televisión a la realidad.

Lujosos vehículos de nueve plazas que esperan en la terminal contrastan con los carteles que portan los conductores con los nombres de sus clientes hechos con viejos cartones o papeles que parecen sacados del contenedor azul de reciclaje.

En el camino hacia la parte europea, zona codiciada por el turismo para alojarse, se pasa por el moderno Ataşehir, un distrito situado en la parte anatolia de la ciudad. Sus elegantes edificios piramidales, escenarios de los capítulos finales de “Madre”, Anne, en turco, es la primera inmersión a la ficción y nos sitúan en el momento en que la pequeña Turna dice a su madre Zeynep que renuncia al dinero que le dejó su abuela para volver a ser felices como cuando eran pobres.

Tras unos 50 kilómetros se llega a la zona de Usküdar, en la orilla asiática del Bósforo. Antes de cruzar el estrecho es imposible no vibrar con las andanzas de “Kuzey Güney”, la adaptación turca de “Hombre rico, hombre pobre”, dos hermanos totalmente diferentes enamorados de la misma mujer. La panadería de la familia o el bar de Ali, donde tantas conversaciones han desvelado tramas, son lugares de visita obligada en un barrio residencial en expansión en el que la mezquita abovedada Mihrimah Sultan Cami se encuentra junto al concurrido muelle donde parten los ferris cada quince minutos hacia la parte europea. Con vistas a la pequeña isla de la Torre de la Doncella, los cafés del paseo marítimo ofrecen panorámicas de la antigua Estambul sobre el agua.

Desde aquí barcos o autobuses recorren toda la orilla del Bósforo hasta Beycoz, una zona de contrastes escenario de varias series turcas. En el archiconocido café Beycoz junto al mar, la prestigiosa y rica abogada Cahide Güneş convence a Gönül Aslan para inventar la muerte de su hija Melek Akçay, una trágica trama de la serie “Madre”.

La tienda de lanas de la “señora torpe”, lugar emblemático de la serie “Anne”, emitida por Nova, es visita obligada en Beycoz. Ubicada junto a la mansión Ahmet Mithat Efendi, uno de los principales nombres en la historia del teatro y periodismo turco, es recorrida por turistas en busca de hacer realidad la producción televisiva. Las sopas de yogur de esta entrañable “abuela” describen con rigor una parte de la gastronomía turca.

También en el distrito de Beycoz, en concreto en el canal de Göksu, podemos descubrir a “Fatmagül”, la protagonista de la primera serie del país otomano que llegó a España de la mano de Atresmedia y dio comienzo a la fiebre televisiva de las series turcas. El canal de Göksu (Göksu Deresi en turco) es un pequeño río que desemboca en el Bósforo a la altura de la fortaleza de Anadolu Hisari, lugar utilizado como amarre por numerosas embarcaciones y con varios locales gastronómicos. Sus aguas han servido como escenario natural para varias novelas turcas como es el caso de “Çalıkuşu”, “Anne” o “Fatmagul”.

Durante el viaje en ferry por el Bósforo de vuelta de Beycoz, en la orilla europea la mansión protagonista de la serie “Sra. Fazilet” en la calle Sarıyer, se presenta a los ojos de los turistas recordando a esta mujer deseosa de hacer dinero.

En las edificaciones lujosas del Bósforo también fue rodada la serie “Amor prohibido”, la más vista en la historia televisiva de Turquía hasta el punto de que su último episodio, seguido por el 74% de la audiencia, paralizó la ciudad e incluso al Parlamento de Ankara, ya que los diputados no quisieron perderse el final de esta producción. A España llegó de la mano de Nova, canal que posee las series turcas más vistas desde 2018. Así “Madre”, “Las mil y una noches”, “Elif”, “Amor prohibido” y “La señora Fazilet y sus hijas” han ocupado respectivamente los cinco primeros puestos de ficciones turcas más seguidas en España el pasado año.

En el barrio de Usküdar, en la parte asiática del estrecho, donde hay varias estaciones de metro, está la vivienda de la familia de Emir, protagonista de “Amor eterno”. Esta zona, situada en un valle que se abre al Bósforo, es lugar rodeado de reservas naturales y cementerios. En uno de ellos, la protagonista de “Madre” llora la muerte de su marido, el comisario Sinan Demir (Serhat Teoman) que también ha trabajado en “Çocuk” (Niños), y en “Kuzey Güney”.

Aquí, además de “cruzarnos”con Emir, las puestas de sol a orillas del Bósforo son el mejor atardecer que podamos imaginar. Un paseo por este barrio islámico da una idea diferente de Estambul.

Cerca de las estaciones de metro o ferri podemos comprar por menos de 20 céntimos un típico bollo turco o Açma, uno de los productos gastronómicos más consumidos a diario por los turcos. Es habitual encontrarlo en una especie de carritos rojos donde también venden Simit, un pan circular que se decora con semillas de sésamo y que tanto le gusta a Beren Gökyldiz, la pequeña Oyku en “Mi hija” y Turna en “Madre”.

Cerca del aeropuerto internacional de Estambul, en la parte norte, está el barrio de Yenikói, donde podemos ver la preciosa casa de Sehrazat y Onur en “Mil y una noches”. Se trata de la mansión Ferik Ahmet Afif, una construcción de 95 años de antigüedad. La imagen del millonario Onur pagando a su empleada para tener relaciones sexuales con ella y del pequeño Kann luchando por superar su leucemia es casi una realidad en nuestros ojos si antes de ir al aeropuerto optamos por visitar este distrito.

Entre las callejuelas en torno a la Torre Gálata, sitio ideal para tener una visión panorámica del núcleo de la ciudad vieja, los visitantes casi ven a un estafador huyendo entre los miles de turistas que visitan esta zona. Es el padre de Oyku, una niña de ocho años protagonista de la serie “Mi hija”, Kizim en turco, que sufre una enfermedad degenerativa.

En las series turcas donde imperan, como en esta ciudad, difíciles convivencias entre familias adineradas y humildes, los cementerios también tienen cabida. En el Cuerno de Oro, estuario que desemboca en el Bósforo y divide la parte europea de Estambul en la ciudad vieja y la parte de Gálata, el cementerio musulmán de Eyup, el distrito más conservador de la ciudad, ha recibido cámaras, actores y rodajes. La actriz Cansu Dere vivió uno de los peores momentos de su personaje Zeynep Günes cuando, aún convaleciente de las secuelas de su accidente, visita la tumba de su hija Turna.

Si bien es cierto que cada vez que este camposanto sale en una serie es por motivos trágicos, es de los más bellos de Estambul con una distribución llamativa de las tumbas, en escalón desde la base hasta el mirador de Pierre Loti. La mejor vista para recordar la muerte preparada de la pequeña Melek Akcay es desde el teleférico de subida, con más motivo si es un día lluvioso. Desde el monte de Pierre Loti la imagen panorámica del Cuerno de Oro es una escena habitual televisiva. Una vez arriba un té en el Café Pierre Loti es imprescindible para turcos y visitantes.

De vuelta hacia el aeropuerto de Sabiha Gökcen, una pequeña desviación bien merece la pena para soñar con ver al galán turco de moda Can Yaman (con barba o sin ella) de “Erkenci Kuş” (Pájaro soñador), “Dolunay” (Luna llena) y ahora en “Inadina Ask” (Amor obstinado) cenando en uno de los populares restaurantes de pescado en el colorido distrito de Tuzla.