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Restaurante Cardo, una tentadora propuesta gastronómica en Évora, capital del Alentejo portugués

Tivoli Évora Ecoresort, ejemplo de cohabitación con la naturaleza, ha conseguido numerosos galardones que lo posicionan como uno de los grandes hoteles de esta región lusa

Aspecto de uno de los patios del hotel-restaurante
Aspecto de uno de los patios del hotel-restauranteJuan Antonio NarroLa Razón

En estos momentos, cuando dejamos atrás lo más complicado de la pandemia, cuando las fronteras se abren con nuestros vecinos portugueses, cuando empezamos esta “nueva normalidad”, va siendo hora de darle también normalidad a nuestras vidas.

Volver a salir, volver a disfrutar de lo que nos gusta, volver a ser –en la medida de los posible- nosotros mismos. Siempre con precaución, siempre cumpliendo las normas, siempre conscientes del momento que estamos pasando, pero sin olvidar que estas circunstancias no deben impedirnos disfrutar de lo que nos hace felices.

En el Alentejo, esa preciosa y extensa región portuguesa limítrofe con España, los amantes de la buena gastronomía tienen numerosos restaurantes donde saborear sus delicias culinarias. Todo un acicate para quienes nos dejamos seducir por eso que llaman “el buen comer”

Pues bien, en la propuesta de hoy vamos a visitar la capital del Alentejo: Évora (declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO). Muy cerca de esta localidad, en la que la vida universitaria tiñe con un animado encanto calles y plazas, descubrimos uno de los alojamientos más recomendables de estas tierras. Su nombre: Tivoli Évora Ecoresort.

Un precioso proyecto hotelero, bajo la batuta de Miguel Rosado da Fonseca, en medio de un “montado” (dehesa de alcornoques y encinas), en el que el corcho (“cortiça”) es un elemento determinante en la construcción del edificio.

Tivoli Évora Ecoresort, ejemplo de cohabitación con la naturaleza, ha conseguido numerosos galardones que lo posicionan como uno de los grandes hoteles de esta región portuguesa. Evidencia palpable de que cumplir con los más estrictos protocolos de respeto al medio ambiente no está reñido con la comodidad y el relax que ofrece a sus huéspedes.

Dos piscinas (exterior e interior), salas de conferencias, suites de alto nivel, magníficos desayunos, bar, spa y salas de masajes, atención profesional y personalizada, restaurante, gimnasio, contacto con la naturaleza, entorno privilegiado, etc., son algunas de sus innegables credenciales.

Sin embargo, estos párrafos de hoy van dedicados a su restaurante: Cardo. Un precioso y luminoso local, totalmente adaptado para cumplir con los más escrupulosos requerimientos sanitarios, que ofrece al comensal una variada carta, aunque no muy extensa, que toca todos los palos (carnes, pastas, pescados, sopas, ensaladas, menú infantil, postres …). Todo ello, acompañado con una cuidada selección de vinos, con lógico predominio de los alentejanos. Es importante recalcar que estamos en una de las regiones vitivinícolas con más prestigio del país y de Europa

En Cardo consiguen crear un ambiente agradable. Una adecuada separación entre mesas para cumplir las nuevas exigencias sanitarias, paredes “forradas” de corcho y columnas convertidas en originales recintos para almacenar y exhibir los vinos, son detalles que ayudan a conformar una atmosfera ciertamente acogedora.

Tenemos también la posibilidad de disfrutar sus delicias gastronómicas en un coqueto y amplio patio. Al aire libre, con un cielo alentejano como techo, protegido de las temperaturas estivales y encalado con un blanco reluciente. Todo invita a una velada única. Sin duda, al anochecer, este patio destila un envolvente aire de romanticismo nocturno.

Un rincón del restaurante
Un rincón del restauranteJuan Antonio NarroLa Razón
Imagen de uno de los platos
Imagen de uno de los platosJuan Antonio NarroLa Razón
Uno de los platos
Uno de los platosJuan Antonio NarroLa Razón

Permítanme que les mencione alguno de estos irrefutables argumentos para quedarse a comer en Cardo: “linguini com gambas”, “medalhoês de borrego”, “canelones de quinoa e beringela con coulis de tomate”, “lombinho porco preto”, “cogumelos salteados com espinafre e frutos secos”, “pataniscas de bacalhau”, “queijo de ovelha gratinado”, etc.

Platos, algunos de la cocina tradicional alentejana, que acaban, para los más golosos, de la mejor forma: con un paraíso de postres. Les adelanto algunos: “tarte de citrinos com abacaxi, gengibre e mangericâo”, “sericaia com ameixa”, “fondant de abobora” o “café e café com biscuit crocante, frutos secos e caramelo de laranja”. Difícil elección, desde luego.

Así pues, no olviden el nombre de este restaurante: Cardo. Un reclamo más del fantástico Tivoli Évora Ecoresort.