La frontera

Ven a Chiusa

Un pueblo italiano con sabor austriaco

Chiusa (Klausen)
Chiusa (Klausen)Rene Gruber

Apetece y mucho visitar sitios recónditos y si se suman al viaje estilos y sabores originales, nos se puede pedir más. La frontera con Austria está aquí al lado. Ciento y un kilómetros son los que separan Chiusa Italia de Innsbruck Austria. Los paisajes en la parte norte italiana son diferentes como se puede apreciar en esta imagen del Castillo de Gernstein del siglo XII.

Esta coqueta localidad al norte de Italia, invita a dejarse llevar por historias de antaño, entre las piedras del castillo y su torre gótica que se deja ver entre sus posadas con encanto.

La ciudad se divide en dos, la Città Alta y la Città Bassa.

Por donde la veas, Chiusa es bellísima
Por donde la veas, Chiusa es bellísimaHelmuth Rier

Esta ciudad guarda tradiciones muy apreciadas por sus vecinos. Una de ellas se desarrolla anualmente en esta epoca navideña, su famoso mercadillo, pero este año todo cambia, en Chiusa no montarán sus cabañas ni habrá encuentros y compras en el histórico mercadillo por causa de la pandemia, sin embargo, podemos lanzarnos a descubrir paseos ideales, respirando aire muy fresco y disfrutando de paisajes idílicos.

Recorriendo la ciudad

Recorrido por la ciudad
Recorrido por la ciudadHelmuth Rier

Caminando por la avenida principal nos encontramos con la Iglesia de los Apóstoles, ubicada en la Via Cittá Alta, con una impresionante arquitectura Tardo-Gótica. Esta arquitectura se conoció en España en el siglo XIV en la época del reinado de Castilla, cuando algunos arquitectos procedentes de Francia, otros de Alemania y de la Bélgica flamenca, construyeron monumentos en territorio español. Este estilo fue denominado hispano-flamenco o isabelino, también se le conoce como “gótico de los Reyes Católicos” según la publicación “historias del arte”.

Esta pequeña población, presume ser de las más bonitas de Italia dentro de las ciudades más pequeñas del pais. Hay que mentalizarse que esto que vemos en esta zona no es nada parecido a lo que podemos encontrar en el sur del país. Artistas procedentes de Alemania han quedado cautivados con este tan peculiar rincón. Un ejemplo es el paso por Chiusa de Albrecht Dürer, una piedra en la ciudad con la inscripción de 1504 y su nombre lo testimonia. Dicen los historiadores que se quedó completamente enamorado de Chiusa y en alguna de sus obras lo demuestra.

El campanario es parte de la vista principal de la ciudad.

Chiusa
ChiusaHelmuth Rier

Merece la pena la visita a la Abadía Säben, conocida también como Monasterio de Sabiona establecido por los benedictinos en 1687 en el que habitaron religiosas procedentes de la Abadía de Nonberg en Salzburgo. La colina en donde se ubica representa uno de los más antiguos pasos de los peregrinos en el Tirol.

Nos vamos ahora a conocer la casa de los Bressanone

Bressanone, fue uno de los principados eclesiásticos europeos que pertenecieron al Sacro Imperio Romano Germánico. Se mantuvieron independientes durante setecientos setenta y seis años desde Enrique II El Santo hasta la caída de Karl Franz von Lodron en 1803. El emperador se aseguraba así la lealtad del Tirol del sur y permitía con ello la libre circulación de los ejércitos germánicos a la península italiana. Visitar el palacio de Bressanone que alberga el Museo Diocesano de la ciudad, es viajar en el pasado recorriendo los muros de la residencia de los príncipes obispos. La Città Alta finaliza en la Piazza Parrocchia en donde se encuentra la Iglesia Sant-Andrea, data del 1482. Es considerada una de las iglesias más bonitas del gótico tirolés del sur.

Nos dirigimos a la Città Bassa

Chiusa
ChiusaLIVE-STYLE Agency

Y cuando lleguemos, caminaremos por sus callejones. Observa los nombres en las calles, te gustarán. Y en esta parte de la ciudad, encontraremos el hotel más antiguo cuyos primeros datos señalan el año 1335, su nombre es Albergo Orso Grigio”. En la época de la colonia artística de Chiusa, se instaló la Künstlerstübele (Artists ‘Stube) una galería única de obras de arte en el antiguo Albergo Croce Bianca (actual Caffè Nussbaumer), este aire de ambiente artístico aún perdura. A esta tan pintoresca ciudad italiana, llegaron diferentes artistas entre los años 1874 y 1914 gracias al poeta medieval alemán Walther von der Vogelweide. Desde entonces es llamada Künstlerstädtchen, la ciudad de los artistas. Seguimos descubriendo este pintoresco pueblo y ahora nos dirigimos hacia la Piazza Tinne en donde finaliza la Città Bassa. Es una plaza rodeada de antiguos hoteles. Cruzamos el arroyo Tinne y vamos rumbo al antiguo convento de los capuchinos, actualmente sede del Museo Cívico y de la Biblioteca Cívica.

Otra recomendación es la visita a las iglesias de la ciudad y si queremos algo mas impresionante debemos de ir a Certosa di Pesio, un recinto religioso ubicado a diez kilómetros del centro de la ciudad. Es uno de los monumentos históricos mas interesantes de la zona denominada Alpi Marittime, un sitio de recogimiento en donde se escucha el silencio.

La parte gastronómica.

Y como estamos aquí, en donde la cerveza es la reina, no podemos faltar a uno de los lugares clásicos del pueblo y este es el Gass-Braseu, con una amplia carta de cervezas elaboradas en casa. En su restaurante ofrecen las típicas salchichas o el prosciutto e formaggio italiano, esto solo para empezar. Después seguimos con una sopa de speck con cerveza o podemos irnos a los ravioles o los gnocchi. Para el segundo plato elegimos los medallones de ciervo o gulasch di vitello alla birra y para terminar por ejemplo, unos Gnocchetti dolci di patate. Los sabores italiano-austriacos se llevan muy bien.

Descubrir esta zona es una delicia y este pueblo es uno de los pueblos más bonitos de Italia. ¡Anotadlo y programadlo!