Viajes
Miguel de Unamuno, en un fragmento de Visiones y Comentarios, escribió sobre esta preciosa villa segoviana: «En una revuelta de la carretera apareciósenos en el alto horizonte, como tarja en las nubes lacrimosas del cielo otoñal de Castilla, Pedraza de la Sierra, coronada por su castillo». Estas líneas son huella de la nostalgia y los recuerdos que impregnaron al escritor y filósofo bilbaíno, como si esta villa medieval amurallada de pequeño tamaño pero gran belleza, envolviera a quien la visita con un encanto especial que resulta imposible de olvidar.
Un precioso pueblo con un rico patrimonio histórico
Este municipio alberga palacios y casas nobles blasonadas construidas en el siglo XVI, que, hoy en día, gozan de un estupendo estado conservación. Quedan, también, vestigios de su parte defensiva de los siglos XII y XIII, como la muralla, la Puerta de la Villa o la Torre, que posteriormente se utilizó como cárcel pública, sin olvidar, por supuesto, su imponente castillo. Esta localidad destila, por todo ello, historia y cultura a la vez. En ella, la tradición cautiva al viajero, que, al mezclarse con los lugareños, pasa a formar parte de este marco único.
En su Plaza Mayor, una preciosa plaza porticada, se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia de San Juan, emblemático edificio románico del siglo XIII con detalles barrocos posteriores. Por otro lado, en lo que en un principio fue una torre vigía del mismo siglo que la citada iglesia, en la misma puerta de entrada al recinto amurallado, se encuentra La Cárcel de la Villa, la cual se puede recorrer en visitas guiadas, descubriéndonos, de esta forma, cómo era una prisión medieval: sus celdas, los cepos y grilletes para encadenar a los presos y adentrarse en los aposentos del carcelero. Para los amantes de la historia española, visitar este edificio se convierte en un viaje al pasado.
El castillo, emblema distintivo de Pedraza
Situado en un extremo del cerro donde se asienta esta villa, se alza el castillo de Pedraza, un imponente conjunto arquitectónico de orígenes romanos. Destaca, de esta construcción, su imponente Torre del Homenaje, un gran muro unido a ella, un muro exterior con cañoneras y una ubicación excepcional al estar rodeado casi en su totalidad por un precipicio. Su último dueño, el pintor Ignacio Zuloaga, lo adquirió en 1926 y creó en él su taller, que actualmente es visible al público. Zuloaga se retiró a este castillo al final de su carrera. Actualmente, pertenece a sus herederos, quienes lo utilizan como vivienda y museo con obras del artista.
El castillo ha sido escenario de leyendas y testigo de momentos históricos, y sus murallas bien conservadas son una invitación más a realizar la visita guiada que ofrece, a pesar de que parte de su interior sea de acceso restringido. Al cruzar su puerta original, de la que llaman la atención sus pinchos con cientos de años, se tiene la certeza de que se está entrando en lo que, en el pasado, fue una inexpugnable fortaleza. Entrar en él es, sin duda, adentrarse en un mundo distinto.
No se puede escribir sobre Pedraza sin señalar que pertenece a la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, lo que supone haber superado criterios tan importantes como la limpieza de sus calles o la conversación de las fachadas de casas y edificios… en suma, el cuidado general de toda la villa. Sea como fuere, por todo lo que ofrece este bonito pueblo de Castilla y León, visitarlo se convierte en una experiencia única.
Agradecimientos a Fundación Siglo para el Turismo y Las Artes de Castilla y León y al Área de Turismo de la Diputación de Segovia.