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La Toja, viaje a la isla del bienestar
Aquí se han hospedado millonarios, políticos, intelectuales y hasta el elitista Club Bilderberg. Pero todo empezó gracias a un burro. Descubrimos la historia del Eurostars Gran Hotel La Toja
Galicia es tierra de leyendas, y por una de ellas (prolijamente documentada por Emilia Pardo Bazán en 1899 en la revista «La Ilustración Artística») sabemos que, unos cien años antes, un aldeano de El Grove, dueño de un burro enfermo de tiña, tan lleno de costras que daba lástima verlo, decidió, al verse sin el valor necesario para sacrificarlo, trasladar al pobre animal hasta «un islote abandonado y desierto, donde no se alzaba rastro de humana vivienda» (así describía Pardo Bazán a la isla de La Toja en aquel artículo), para que pasara los últimos días de su vida.
Al cabo de un tiempo, el aldeano regresó a la isla con intención de enterrar los restos de su querido burro, pero «cuál sería la sorpresa del dueño al encontrar, en vez de un esqueleto, un burro sano, saltando, con el pelo tan reluciente que envidiaría la cabalgadura de Sancho Panza. El animal se había revolcado en las saludables lamas. Sus heridas desaparecieron». Después de varios días observando su conducta, el aldeano se percató de que el animal se revolcaba con satisfacción, cubriendo por completo su cuerpo de lodo, en una zona en la que emanaban aguas calientes; al lavarlo, y sin poder creer lo que veía, descubrió un «rucio sano, gordo y sin mácula». El acontecimiento, como no podía ser de otra manera, pronto corrió de boca en boca entre los vecinos de El Grove y, como relata doña Emilia, «del descubrimiento a ensayar el remedio en un ser humano poco va; y al ver que el hombre enfermo se curaba igualmente, descubiertas quedaron las virtudes de estos barros».
Francisco Meis, Técnico de Medio Ambiente del concejo de El Grove y apasionado investigador de la historia de su comarca, nos cuenta que no sería hasta el año 1841 cuando el poder terapéutico de estas aguas comenzaron a tener sustento científico, momento en que el botánico Antonio Casares realizó un estudio que concluyó con el hallazgo de una serie de metales (sodio, hierro, calcio y magnesio) que unidos a las altas temperaturas del agua (entre 30 y 60 grados centígrados) serían susceptibles de aportar beneficiosos resultados en el tratamiento de ciertas dolencias. Ese mismo año quedaba fundada la primera sociedad para la explotación de las «aguas milagrosas» de la isla de La Toja (declaradas como de utilidad pública) y se construyeron unas modestas casetas de madera con el afán de alojar a los primeros visitantes.
En 1903, continúa contándonos Francisco, entra en escena el Marqués de Riestra, quien, haciendo gala de su gran olfato empresarial, se hace cargo de la presidencia del balneario; dos años después funda la Fábrica de Jabones de La Toja (los únicos con la capacidad de formar espuma con agua salada) y en 1908 inaugura el Gran Hotel siguiendo al pie de la letra las recomendaciones que había dejado escritas el botánico Casares: «Es pues indispensable construir un establecimiento regular donde puedan tomarse cómodamente los baños y donde se encuentre al menos lo necesario para la vida común… En el mismo edificio en que se han de construir los baños es conveniente haya habitaciones para los pacientes y así podrán meterse en la cama luego tomado el baño o, por lo menos, se verán libres de la impresión del aire exterior».
Para el diseño del hotel se organizó un concurso en el que compitieron los mejores arquitectos europeos pero que ganaría el orensano Vázquez-Gulías, con una propuesta con evidente inspiración en otros grandes balnearios europeos, como el de Vichy francés, y con la particularidad de ser la primera edificación de Galicia construida a base de hormigón armado. Recién inaugurado, al hotel solo se podía acceder en barco o a pie aprovechando la marea baja; el 28 de julio de 1910, con el paso de una caravana de automóviles conduciendo a un grupo de periodistas ingleses, quedaba inaugurado el puente que unía El Grove con el islote. Sus 400 metros de longitud le otorgaron la distinción de ser el puente más largo de Europa por entonces.
Durante la Guerra Civil tuvo que dejar a un lado sus funciones recreativas para ejercer como hospital de sangre. Tras una gran reforma promovida por su nuevo propietario, el banquero Pedro Barrié de la Maza, Conde de Fenosa, en 1945 se ampliaron el número de habitaciones pasando de las 73 iniciales hasta rozar las 200 actuales; también se modernizaron todos los espacios de sus instalaciones. Muchos de los que conocieron la planta original del edificio aseguraron que, con esta renovación el hotel había perdido gran parte de su belleza original.
Durante toda su historia, el Gran Hotel de La Toja ha dado alojamiento a personalidades tan relevantes como García Márquez, Ortega y Gasset, Rockefeller, Julio Iglesias o Henry Kissinger, incluso fue la sede para una de las reuniones del elitista Club Bilderberg en mayo de 1989. En la actualidad, el Gran Hotel La Toja, perteneciente al grupo Eurostars Hotels, es el único hotel-balneario con la distinción cinco estrellas de Galicia, situado en un idílico entorno natural rodeado de densos pinares que contrastan con la transparencia de las aguas de la ría de Arosa. Dispone de 199 habitaciones, 17 de las cuales son suites con vistas al mar, tres suites presidenciales y una suit real, lo que le convierte en uno de los hoteles con mayor capacidad de Galicia.
El balneario, con sus mil metros cuadrados, incluye ocho bañeras de tratamientos con agua termal mineromedicinal y varias cabinas de ducha vichy. Sus modernos tratamientos están basados en técnicas de hidrotalaso y balneoterapia, que han demostrado increíbles beneficios para la salud. Se completa con el Club Termal (otros 500 m2) con piscina climatizada, sauna y baños de vapor. Para rematar, hay una sala VIP privada en la que es posible disfrutar de los tratamientos en total intimidad.
Atendiendo a la situación excepcional que vivimos, Eurostars Hotels ha desarrollado el programa Eurostars Clean + Safe, un extenso protocolo de medidas para proporcionar seguridad tanto a los clientes como al personal del hotel, elevando al máximo la limpieza de las instalaciones y asegurando el distanciamiento social en las zonas comunes.
Golf y gastronomía
Los amantes de la gastronomía ven cumplidas sus expectativas en los dos restaurantes del hotel: Terraza Vista Mar y A Casa do Marqués, a escasos metros del alojamiento. Ambosproponen platos de cocina tradicional local cuidando al máximo la calidad de los productos, destacando el marisco y pescados frescos y las mejores carnes de la zona. Si lo suyo es el golf, La Toja presume de tener uno de los campos (9 hoyos) más bellos de Europa donde destaca su famosísimo hoyo 5 al borde mismo de la ría. Y no olviden visitar la Capilla de las Conchas, ermita construida sobre un edificio del siglo XII que, en el XIX, fue ampliada recubriendo por completo sus paredes con conchas de vieiras, aislantes de la humedad marina. En ella, en diciembre de 1996, celebró su boda Mariano Rajoy.
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