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Hábitat Cigüeña Negra, el lujo de dormir en una dehesa extremeña

Este hotel rural de 12 habitaciones está ubicado en una finca de 220 hectáreas en plena Sierra de Gata

Detalle de una de las habitaciones de Habitat Ciguena Negra
Detalle de una de las habitaciones de Habitat Ciguena NegraPablo CobosPablo Cobos

«Crecer no significa ser grandes, sino ser mejores». Ése es el lema que ha guiado a la familia ibicenca Roselló a la hora de dar forma a su proyecto más querido: Hábitat Cigüeña Negra, una finca de 220 hectáreas ubicada en el noroeste de Extremadura, en cuya dehesa repleta de encinas, castaños, robles y enebros se alimenta una ganadería extensiva de cerdo ibérico y vacuno que nutre de excelentes carnes al negocio familiar, Carnes March, creado en 1965.

Los amantes de la Extremadura más auténtica están de enhorabuena en la Sierra de Gata, pues aquí se alza un idílico hotel rural de 12 habitaciones que invita al viajero a soñar en plena naturaleza. Erigido sobre una antigua vivienda de campo, de la que se ha conservado la fachada, el porche principal y la arquitectura tradicional de Sierra de Gata; el establecimiento ha sido renovado con materiales autóctonos como la pizarra, la madera de roble, el granito portugués, la piedra y el corcho, y decorado con objetos de hierro, madera y fibras naturales, que integran sabiamente al edificio, y su interiorismo, con su entorno.

Encina, alcornoque, acebuche, castaño, roble, fresno, pino, jara, tomillo, lavanda, quejigo y madroño son los sugerentes nombres de sus estancias, y el homenaje que Hábitat Cigüeña Negra rinde a la flora del paraje, adentrando la dehesa extremeña en cada una de sus habitaciones y suites.

Como toque personal, todas las habitaciones cuentan con un elemento que las hace únicas, utilizando diferentes recursos singulares como grandes ventanales, techos abuhardillados, terrazas privadas, chimeneas o bañeras vintage; y las dota de una personalidad propia, como la que tiene la cigüeña negra que, sigilosa, habita este recóndito enclave extremeño.

La mejor carne

Otro aspecto diferencial de esta finca con hotel rural es su exquisita, y exclusiva, oferta gastronómica, base del negocio familiar, al que la familia Roselló define como «carniceros por vocación, y ganaderos por pasión». Un amor por la ganadería extensiva que ha tenido como resultado excelentes embutidos de bellota, que pueden ser adquiridos en la tienda gourmet de Hábitat Cigüeña Negra, y en su bar tapería; y carnes excepcionales que son degustadas cada día en su asador. Allí, sobre una parrilla Elitxu, y con brasas de carbón de encina, se prepara al punto una delicatesen única en la península: piezas de retwagyu, una variedad que la familia Roselló ha creado al mezclar novillas 100% Retinta con dos sementales 100% Wagyu, que adquirieron en Alemania en 2015, y que desde 2019 genera una carne extremadamente jugosa, con un sabor muy personal y una muy baja relación de ácidos saturados. Y para bajar el atracón, nada mejor que pasear por la finca, respirar aire puro y deleitarse con la magia del cielo extremeño.