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Frescura, desconexión y naturaleza en Pelayos de la Presa

La Comunidad de Madrid cuenta con rincones idóneos para refrescarse lejos del bullicio de la gran ciudad

Pantano de San Juan
Pantano de San JuanLa RazónLa Razón

En estos días de intenso calor, la necesidad de buscar un poco de aire fresco es inevitable. La Comunidad de Madrid también ofrece interesantes escapadas para refrescarnos, desconectar y disfrutar de la naturaleza lejos del bullicio. Una de estas opciones es Pelayos de la Presa, una localidad con encanto situada al suroeste de la capital, a solo una hora desde el centro.

En las últimas décadas su fama ha ido en auge, por ello muchos locales ya conocemos esta imprescindible ruta; sin embargo, la temporada nos invita a explorar un poco más alrededor de este pueblo madrileño. Desde la segunda mitad del siglo XX, el pantano de San Juan se ha convertido en su mayor atractivo y es visitado por miles de turistas nacionales e internacionales, pues sus paisajes están rodeados de pinares, encinares, retamares y una vegetación espectacular.

La oferta es para todos los perfiles de viajeros, ya que estando dentro del patrimonio artístico de Pelayos de la Presa, los amantes de la cultura podrán conocer un poco más de la historia española, haciendo un recorrido por el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, declarado monumento histórico artístico de carácter nacional en 1983. El edificio primitivo es de finales del siglo XII y tiene rasgos de estilos románico, gótico, renacimiento, barroco y un posible mozárabe. Asimismo, en su recinto destacan la capilla, la iglesia, el claustro y las galerías. En la actualidad presenta cierto grado de deterioro y se encuentra en manos privadas.

Otros de los patrimoniales de Pelayos de la Presa son la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción –del siglo XVI y reconstruida tras la Guerra Civil española-, la fuente de piedra frente al Ayuntamiento – donde se puede ver la antigua picota- y las pinturas prehistóricas en bolos graníticos en el paraje de La Enfermería.

Por otro lado, para quienes disfrutan del sol y el agua, el pantano es un lugar ideal para darse un baño, ya que cuenta con 14 kilómetros de playas para un chapuzón y, para quienes disfrutan más de la adrenalina y el deporte, también tienen la oportunidad de realizar diversas actividades en el exterior como el poder practicar deportes acuáticos.

Si aún tienes ganas de más aventura, aquí también puedes lanzarte en tirolinas, hacer senderismo, ciclismo o dar paseos a caballo. Si ya has decidido explorar más allá, puedes llegar al mirador de “Casa Quemada” e iniciar la caminata desde Pelayos de la presa. La ruta de piedras y arena pasará a la mitad de su recorrido por el Pantano de San Juan y finalizará con una vista desde las alturas al pueblo, teniendo como objetivo principal contemplar el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias.

Es una ruta idónea para senderistas principiantes y avanzados y para aquellos que gustan de dar paseos por la naturaleza.

Por la temporada en la que nos encontramos, recomendamos ir preparados, con cremas solares, algunos snacks y agua, mucha agua. Si bien hasta aquí ya hemos tenido un gran recorrido, siempre podemos explorar un poco más y visitar “El bosque encantado”, una parada muy recomendada porque al darte una vuelta por ahí saldrás con una energía totalmente diferente, debido a que se trata de un jardín mágico, que cuenta con 300 esculturas vegetales que llenan de fantasía el ambiente.

Si viajas con niños, esta es una de las mejores opciones en Pelayos. Con tantas cosas que hacer el hambre es inevitable, para tu tranquilidad, aquí la gastronomía será una razón de disfrute. En toda la zona de Valdeiglesias encontrarás una gran variedad de carnes, charcuterías y embutidos de alta calidad, así como espacios especializados en enoturismo, así que a la hora de la comida, la recomendación es probar la variedad de carnes y vinos.

Si bien un día puede ser suficiente para conocer el lugar, siempre queda la opción de extender la experiencia por un día más, y seguro que valdrá la pena. Hay una oferta de alojamiento con encanto que sin duda te cautivará.

Pelayos de la Presa se ha puesto de moda, solo hay que ver la cantidad de turismo joven que llega todos los días, pues es un destino que se ha convertido en un espacio perfecto para hacer fotos y colgarlas en las redes sociales. Si te quedas hasta la hora del atardecer, tendrás el privilegio de contemplar una vista maravillosa, donde los colores del cielo -entre azules y rojizos- te explicarán por qué Madrid, incluso en verano, logra enamorarte.