La aventura de dormir junto a Bob Esponja o la Patrulla Canina

¿Se imagina ir andando por el pasillo de un hotel y encontrarse a Bob Esponja o Patricio? Pues no se lo imagine, porque es real. La felicidad de los niños que pasan unos días en el Hotel Nickelodeon Riviera Maya es continua. Y la de los padres también, claro, porque es un resort de lujo construido en plena jungla que tiene cinco restaurantes, cuatro bares y sobre todo unas habitaciones impresionantes con piscina propia. Sí, todas las habitaciones tienen una terraza con una maravillosa alberca (como la llaman en México) que parece infinita ante las inmensas aguas caribeñas.

El Hotel Nickelodeon Riviera Maya tiene una extensa playa a sus pies que prácticamente está vacía, ya que todos sus clientes prefieren disfrutar de un parque acuático increíblemente grande con más de 2.400 hectáreas tematizadas con todos los personajes de Nickelodeon. Por ejemplo, puede montarse en un flotador y navegar por un río en el que Dora la Exploradora y el mono Botas le salpican. Los más pequeñines se tiran por los toboganes de «La bahía de La patrulla canina». Los más mayores (y valientes) se atreven a subir los 18 metros de altura de los toboganes de la Soak Summit. Aunque, sin duda, el lugar más concurrido y divertido de este parque acuático que se encuentra dentro del Hotel Nickelodeon Riviera Maya es la Playa de Fondo de Bikini, donde cada día a las 13:00 h. mayores y pequeños se reúnen para disfrutar de un baño de slime (una especie de moco verde que es un clásico de Nickelodeon).

Gastronomía para todos

Dentro del parque hay varios puestecitos en los que se puede pedir una piña colada, un refresco o incluso pizzas. Además, también se puede disfrutar de la comida del Restaurante Nick Bistro, con un buffet muy extenso.

En el mismo edificio donde se encuentran las habitaciones están dos restaurantes muy diferentes. Por un lado Good burger, donde comeremos hamburguesas mucho más sofisticadas que las famosas Burger Cangreburger de Bob Esponja. Además, dentro del restaurante hay una gran food truck donde preparan helados excelentes con todos los toppings imaginables. Y justo al otro lado del edificio nos encontramos el «Yacht Club», con ambiente de cocina abierta que ofrece creaciones culinarias preparadas en el momento. El único restaurante en el que hay que reservar (entre otras cosas porque es a la carta) es el Piazza, donde, con algo de suerte, se comparte mesa con las Tortugas Ninja.

Para ir del parque acuático a las habitaciones o de las habitaciones al lobby principal hay que montarse en unas divertidas furgonetas que atraviesan el manglar. Los conductores, en alguna ocasión, paran el vehículo para dejar pasar a un coatí despistado que cruza tranquilamente, o se colocan estratégicamente al lado de alguna laguna donde ver un caimán que duerme la siesta.