Portugal
“Immerso” en la naturaleza, un hotel diferente
Treinta y siete habitaciones, dos de ellas suites, esperan al huésped preparadas para su disfrute en plena armonía con la naturaleza
Muy cerca de la localidad costera de Ericeira, en Portugal, rodeado de naturaleza y con unas preciosas vistas, descubrimos este asombroso cinco estrellas (el primero de la ciudad), cuyo nombre es toda una declaración de intenciones.
Por su ubicación, inmerso en este bello paraje, tratando de contaminar visualmente lo menos posible al adaptarse a la orografía y pendiente del terreno en este privilegiado entorno natural, se erige este singular hotel cuyas habitaciones, con vistas como fondo al océano Atlántico, permiten disfrutar de unas envidiables puestas de sol.
Ciertamente bonito al conseguir crear unos espacios únicos donde la tranquilidad, la paz y la relajación conforman la atmosfera de “Immerso”. Lujo y naturaleza de la mano. Una impecable obra de arquitectura que se fusiona con la sugerente decoración de aires minimalistas de su interior.
Sin duda alguna, un “slow living” especial, que permite enfocar toda la atención en la experiencia, especial desde luego, de alojarse entre estas paredes.
Una gran sala polivalente que también hace de restaurante, con grandes ventanales que dan mucha luminosidad, nos recibe a la entrada. Un claro anuncio de lo que nos espera. Al fondo, se atisba una cálida chimenea donde tomar una copa. Más allá de estos ventanales, una terraza para disfrutar, si la temperatura lo permite, de una sugerente piscina con vistas al mar.
Imposible no quedarse impactado por estos primeros momentos. La decoración, cuidada y meticulosamente estudiada, es parte esencial y definitoria del hotel.
Treinta y siete habitaciones, dos de ellas suites, esperan al huésped preparadas para su disfrute en plena armonía con la naturaleza
Una preciosa piscina al aire libre con magníficas panorámicas, gimnasio, sala para reuniones, spa (con sauna, baño turco, baños sensoriales y masajes) y un muy recomendable restaurante –llamado Emme- bajo la consultoría del chef portugués Alexandre Silva (una estrella Michelin en Lisboa).
“Immerso” es una fábrica de sueños, de experiencias inolvidables, de sensaciones imborrables que se almacenarán en la memoria por mucho tiempo.
Respecto a su restaurante, entre las numerosas elaboraciones que probé, recuerdo con especial intensidad una de ellas: “creme leve de santola perfumada con jengibre e citronela”. Se trata de una impactante presentación (con el caparazón del centollo cubriendo y escondiendo el interior del plato) que guarda un verdadero tesoro culinario: una suave crema, muy elegante, con un sabor intenso que recorría toda la boca. Al lado, para acompañar, pusieron una pequeña cazuelita comestible (extraordinaria) cuyo secreto no desvelo. En fin, de esas cremas que no se olvidan fácilmente y de las que la primera idea que le viene al comensal es interesarse sobre cómo la harán.
Así pues, mi estancia en este alojamiento fue breve pero intensa. Tuve la suerte de pernoctar y disfrutar de una cena verdaderamente extraordinaria donde la compañía, el entorno, la estudiada presentación de los platos, una materia prima de altísima calidad, mucha originalidad y un magnífico servicio con profesionales políglotas se aliaron para catalogarla como excelente.
Me voy con la agradable sensación de haber sido un privilegiado al conocer “Immerso”.
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