Salud

Balnearios: ¿Qué tipos de aguas medicinales hay y cuáles son sus propiedades?

Los beneficios de los diferentes tipos de agua dependen de su estructura molecular

Cascada en Israel
Cascada en IsraellarazonDreamstime

Las aguas minero-medicinales son las que tienen propiedades terapéuticas debido a su composición química, física y físico-química. Por su parte, las aguas termales son aquellas que, además de minero-medicinales, tienen una temperatura de 5 grados superior al lugar de donde afloran.

Los beneficios que ambas aportan a la salud dependen de la estructura molecular del agua, de los minerales suspendidos en ella así como de la temperatura a la que emerge de la tierra. No todas las aguas de manantiales o fuentes naturales son minero-medicinales, ya que su utilidad terapéutica debe estar avalada por el Estado mediante su declaración como de utilidad pública y de agua minero medicinal.

Según su clasificación química encontramos diferentes tipos de aguas que son beneficiosas para determinadas enfermedades o dolencias.

Así, las aguas sulfatadas ejercen acciones estimulantes en el aparato digestivo y se recomiendan para problemas digestivos, como laxante y en casos de dispepsia y trastornos biliares. Habitualmente se recomienda uso oral.

Las aguas cloruradas estimulan múltiples funciones orgánicas. Según explica la Sociedad Española de Hidrología Médica, su acción sobre el organismo depende de la mineralización total del agua y de la vía de administración. Se suelen usar en reumatología, dermatología, otorrinolaringología, afecciones respiratorias crónicas y en estados de agotamiento psicofísicos. Tienen, además, propiedades antiinflamatorias y desinfectantes.

En el caso de las aguas sulfuradas, reconocibles por su característico olor a huevos podridos, son recomendadas para procesos reumáticos, dermatológicos, de garganta y respiratorios. Suelen tener materia orgánica que supone una fuente adicional de azufre como algas (baregina), y bacterias (sulfobacterias o sulfuraria).

Las aguas bicarbonatadas, por su parte, suelen ser de baja mineralización y de temperatura de emergencia fría. Se usa, principalmente, en bebida y estimula la secreción enzimática pancreática, aumenta el poder saponificante de la bilis, alcanilizan la orina y también el pH gástrico. Por estas características se aconsejan para los casos de gastritis, acidez, hernia de hiato o trastornos de la vesícula biliar.

Además, estas aguas pueden compartir otros grupos de composición química diversificando sus acciones y su vía de administración.

Las aguas carbogaseosas contienen gas carbónico libre y, habitualmente, se usa como agua de mesa. Se recomiendan como estimulante del apetito y para favorecer la digestión. En el caso de utilizarse para sumergir en ellas son una potente vasodilatador arterial y se aconseja para el tratamiento de arteriopatías, hipertensión y problemas del aparato circulatorio.

Por su parte, las aguas radiactivas son las que contienen gas radón, que, pese a ser radiactivo, no supone un riesgo en las curas termales. Este tipo de aguas es beneficioso para el sistema neurovegetativo, el endocrino y el inmune. Se utiliza, principalmente, para afecciones respiratorias y reumatológicas así como para problemas psiquiátricos como los trastornos de ansiedad, depresión y del sueño.

Aguas oligometálicas o de débil mineralización. Se usa principalmente como agua de mesa y su principal características es la diurética. Estas aguas con baja concentración de minerales está indicadas para cálculos en los riñones o vías urinarias (litiasis), otras afecciones renales y retención de líquidos.

Por otro lado, las aguas ferruginosas con ricas en hierro y, además, suelen ser bicarbonatadas o sulfatadas. Se suele tomar por vía oral y es eficaz en casos de anemias, trastornos del desarrollo, convalecencias, dolencias hepáticas y, según Balnearios de España, en el caso de regímenes adelgazantes.

Las aguas sódicas o ricas en sodio tienen una alta acción antiséptica. Se recomienda para el tratamiento de heridas infectadas así como para procesos catarrales.

En el caso de las aguas magnésicas tienen un acción purgante por lo que se recomienda para trastornos digestivos y renales. Además este tipo de aguas es beneficioso en el tratamiento de la arterioesclerosis y enfermedades cardiovasculares.

Las aguas cálcicas protegen el aparato digestivo y tienen una acción sedante y antiespasmódica. Se usan en el tratamiento de tensión alta, degeneración ósea y afecciones cardiovasculares