Viajes
Buenos Aires, impecable conquista del viajero gourmet
La capital argentina vive un momento muy dulce tras seducir a la Guía Michelin con su espectacular cocina
Hace ya tres meses que Buenos Aires brilla con una nueva y seductora luz que proviene, literalmente, de sus estrellas. Y no son las de su hermoso cielo, pues la reputada Guía Michelin desembarcó el 24 del pasado noviembre en Argentina dejando en la capital sus indicadores universales de destino gastronómico excepcional: las estrellas y reconocimientos Michelin.
Lo cierto es que la gastronomía argentina siempre se ha destacado en lo más alto de los rankings mundiales, pero con la llegada de la Guía Michelin ha dado un paso más: ha gestado en estos meses un movimiento culinario en sus cocinas altamente creativo, innovador y, ante todo, emprendedor. Sí, es algo que está sucediendo en las cocinas argentinas, y en la ciudad de Buenos Aires esta corriente no solo se come, sino que también se respira. Nuevas aperturas, enriquecedoras sinergias entre chefs que se reflejan en numerosos eventos gastronómicos y una investigación continua para llevar la gastronomía a la máxima excelencia son algunas de las pruebas irrefutables. Los fogones de Buenos Aires están a su máxima potencia y el calor que desprenden se siente en cada uno de los establecimientos de la urbe. Un calor que quema y despierta el apetito.
Buenos Aires siempre ha sido valorada por el viajero como un destino apasionante, un lugar en el que disfrutar de la «buena vida». Ahora lo es aún más con las acreditaciones concedidas por la Guía Michelin: 1 restaurante con dos estrellas Michelin, 2 restaurantes con una, 4 restaurantes Estrella Verde Michelin, 7 restaurantes Bib Gourmand y 42 restaurantes recomendados en la guía por la calidad de su cocina. Sin duda, es muy tentador coger un avión y sumergirse en este momento de plenitud culinaria que vive Buenos Aires, ¿verdad?
Para dar unas pinceladas a su variada oferta nada mejor que comenzar por la principal postal de la gastronomía argentina: el asado. Una de las recomendaciones de la Guía Michelin ha sido para un restaurante que lidera la lista de Tripadvisor: el Fogón Asado, una experiencia gastronómica por pasos y a puerta cerrada con capacidad máxima de 25 comensales.
El asado artesanal elevado a nuevas alturas. Probar la parrilla del Fogón Asado solo es posible con reserva previa. Se trata de una experiencia muy didáctica acerca del asado argentino; un menú degustación perfectamente maridado con vinos de las más antiguas bodegas argentinas en el que tanto el chef como el personal de cocina van explicando a cada comensal todo lo relativo a cada platillo. Se prepara íntegramente frente a los comensales, quienes ven, sienten y experimentan de manera cercana e íntima. Las parrillas del Fogón Asado destacan por explorar nuevas formas de servir los cortes de carnes típicos del asado. Un top en Buenos Aires.
Por otro lado, si la cocina es un viaje, la Guía Michelin reconoce que Kōnā Corner es un vuelo directo para descubrir la comida nipona por la calidad y autenticidad de sabores japoneses en sus platos. Este es otro de los restaurantes que recomienda.
Kōnā Corner es una apuesta por la cocina japonesa con algunas licencias, mucho glamour y sabores de la abuela. En su carta hay capítulos de frituras, de sushi, de parrilla y, entre otros, de guisos. Todos ellos con texturas contrastadas que deleitan el alma. Además de un restaurante, también es un bar de cócteles e incluso tiene una pequeña sala karaoke como buen establecimiento de alma japonesa. Consta de dos plantas. En la baja se encuentra el corazón del restaurante; una gran cocina lateral abierta, la parrilla y las ollas humeantes lo caracterizan. Arriba domina la sofisticación con una brillante barra de madera iluminada que invita a beber cócteles tan inolvidables como el Ash, una variante del dry martini con gin, shōchū, vermut infusionado con sésamo tostado y un pichel de bambú. Los cócteles de Kōnā Corner son ideales para antes, después y durante una comida. Están elaborados con tanta perfección y cariño que resulta obligado tomar alguno.
Y ahora, uno de los reconocimientos que más valoran los inspectores de la Guía Michelin, el Bib Gourmand, la mejor relación calidad precio. Sin duda, restaurante Mengano lleva este premio a su máxima expresión.
Mengano tiene una bonita estética tipo bistró con ambiente de antiguo bodegón porteño. El salón está ambientado como una casa: retratos de familia de Facundo Kelemen, chef y dueño del establecimiento, sillones de cuero, pisos de baldosa y techos altos. Su cocina son clásicos porteños con un guiño de modernidad que se rinde siempre al sabor de productos frescos. Todos los platos en Mengano están pensados para compartir. Es recomendable comenzar sí o sí por las empanadas de carne picantes, de un bocado, su interior es todo jugo. Imprescindible su sándwich de milanesa; el pan es como un suspiro, etéreo, y la carne (tapa de asado de wagyu cocida al vacío durante diez horas, luego empanada en panko y frita) tiernísima. Toda su carta es una experiencia sensorial genuina y honesta, sin sobreactuaciones.
Los jardines de las Barquin y Obrador Florida
En este punto hay que presentar una propuesta gastronómica que abrió sus puertas pocos días antes de la gala Michelin. Por ello no está en la guía, aunque méritos tiene. Oculto en un histórico y hermoso jardín repleto de plantas, enredaderas y árboles se encuentra Los Jardines de las Barquin.
Antaño, este lugar fue escenario y protagonista de la vida social de Buenos Aires durante el siglo XIX. En él se sucedían tertulias y bailes. El diseño de la estructura donde se ubica la cocina se asemeja a un invernadero que queda completamente integrado con el entorno. Es ideal para desayunos, almuerzos y meriendas. Entre sus delicias, destaca la tostada de humus de alubias, hongos, kale, gremolata y huevo. Toda la carta busca revalorizar un grupo de alimentos que ha sido primordial en la historia de Argentina: los cereales. Este es un oasis que invita no solo a disfrutar de platos y bebidas deliciosas, sino a plácidas tertulias como se hacía en el pasado.
Para terminar, obviamente, el helado. Uno de los postres más amados por los argentinos. Para ello, una de las mejores heladerías: Obrador Florida. Aquí la propuesta se inspira en el food desing, la comida como expresión artística. En este caso, Mercedes «Mecha» Román tiene la autoría. Esta heladera tan peculiar elabora gustos con ingredientes innovadores y productos locales. Su cocina es experimental y de búsqueda permanente. La carta rota continuamente y el producto se elabora desde cero, todo es artesanal y casero, hasta los cucuruchos.
El lugar, por otro lado, es rectangular, muy profundo, con un larguísimo mostrador que finaliza en una cocina a la vista. Aunque podría decirse que es un laboratorio y que en ella nace algo que no solo es delicioso helado de sabores sorprendentes, también es una formula científica capaz de enseñar al paladar a apreciar cosas diferentes.
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