Viajes
El castillo románico mejor conservado de Europa que podrás visitar este puente de mayo
En lo alto de una colina caliza, estuvo a salvo de los ataques enemigos, lo que ha permitido que haya podido ser conservado en buen hasta nuestros días
Pasear por el castillo, recorrer sus rincones, disfrutar con el magnífico arte Románico-Jaqués con matices orientales que rebosa en la construcción de su Iglesia-donjon y destila en cualquiera de sus capiteles, saborear la cuidadosa y monótona uniformidad de los muros lombardos, emocionarse contemplando el tríptico de ventanales geminados de su torre más exquisita, (de tu a tu, enfrentándola desde encima del ábside de la iglesia de San Pedro), descubrir una escondida inscripción de cantero con el nombre de Sancivs, o con epigrafía arcaica, de difícil lectura, proporcionan un sinfín de inquietudes y momentos placenteros para los espíritus sensibles. En un abrir y cerrar de ojos puedes trasladarte a plena Edad Media, al siglo XI, a los tiempos en los que la fortaleza formaba parte de la línea de defensa que protegía el Reino de Aragón de las huestes del reino vecino de Pamplona.
El Castillo de Loarre está situado en la comarca de la Hoya, en la provincia de Huesca, fue construido por el rey Sancho el Mayor y es considerado como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar románica de España. Además, es el castillo románico mejor conservado de Europa. La fortaleza fue levantada en una posición estratégica, sobre en una colina de roca caliza, rodeada de un paisaje montañoso que proporcionaba una excelente defensa natural. De hecho, esto le sirvió para mantenerse a salvo de los ataques -lo que ha permitido su excelente estado de conservación-y como lugar estratégico para preparar las batallas contra las poblaciones de Bolea y Ayerbe, ocupadas por los musulmanes.
A lo largo de su historia, el Castillo de Loarre ha sido testigo de los acontecimientos más importantes de nuestra historia: la Reconquista, la Guerra de la Independencia o la Guerra Civil Española. Durante la Edad Media, el castillo fue utilizado como centro administrativo y militar de la zona. Tras su etapa como fortaleza se convirtió en abadía y acogió durante muchos siglos a los monjes Agustinos. De ahí que en sus columnas de la entrada aparezcan los relieves de tres monos tapándose la boca, los ojos y las orejas: "nadie podía contar lo que ocurría en el castillo". En el siglo XIX fue declarado Monumento Nacional.
El castillo cuenta con una impresionante torre del homenaje, así como una iglesia románica que data del siglo XII. Además, en el interior del castillo se pueden encontrar diversas dependencias, como la sala del trono, la capilla o la prisión.
Tal y como reza en su página web, el edificio respira historia por sus cuatro costados. Un texto escrito por P.M. Callizo nos traslada 10 siglos atrás para darnos una idea de lo que allí se vivía: "Hace varias horas que el portón fue cerrado, apenas varias velas de sebo y antorchas perfilan las casas del pueblo diseminado por el exterior de la muralla. Ha sido un día tranquilo y templado, cosa extraña en esta época del año, aunque es verdad que el clima ha cambiado, al igual que los tiempos. Fortún López, tenente de la fortaleza, medita sobre esto paseando por las terrazas superiores. Observa el pueblo a sus pies, dormido, los huertos y campos arados, negros como el azabache. Bolea y Ayerbe en la lejanía, acechando silenciosas al cristiano castillo. La Hoya se abre y difumina ante sus ojos, tapada por la bruma. Y al final en el horizonte, Wasqa (Huesca), la ciudad de las noventa y nueve torres. El rey Pedro, el primero de su nombre, aconsejado por sus señores, reúne en ese lugar a nobles y soldados. La batalla por Wasqa es inminente y el nerviosismo se condensa en el aire".
"Correos y heraldos han divulgado las noticias de las razzias de los musulmanes contra villas y pueblos cristianos de la montaña, en un intento por detener el agrupamiento de los soldados aragoneses. Las tropas rezagadas tienen la orden de reunirse en la fortaleza de Loarre, el cual ya se encuentra concluido aunando en sus dependencias a gente de armas y gente del clero, pues así lo deseó el padre de nuestro rey, Sancho Ramírez. Fortún musita unas palabras que la distancia diluye en forma de gruñido, y se arrebuja en la oscura capa. Tan sólo queda un caballero por llegar con sus hombres...Los minutos pasan y una pequeña serpiente formada por titilantes luces se distingue al sur de la villa. ¡Aragón! Se escucha en la distancia. Al cabo de un instante un coro de unísona voz responde: - ¡Gloria! Desde las almenas los hombres de armas corren exclamando: ¡Los soldados arriban! ¡Los soldados han llegado!", añade.
Este es sólo un fragmento, pero sirve para hacer una idea la tensión que allí se vivía, el ambiente bélico, el olor del miedo previo a la batalla, el nerviosismo, el trasiego de soldados dispuestos a dar su vida por el rey...
En la actualidad, el Castillo de Loarre es uno de los principales atractivos turísticos de la zona, y se puede visitar durante todo el año. Además, se celebran numerosas actividades culturales y festividades en sus instalaciones, convirtiéndolo en un lugar de gran interés tanto para los turistas como para los habitantes de la zona.
El Castillo de Loarre está situado a 36 minutos de viaje en coche de Huesca por la A-132 y la A-1206 y tiene un servicio de visitas guiadas que se realiza en grupos, con un máximo de 40 personas, y tiene una duración aproximada de una hora. Para no quedarse sin plaza el día de la visita, es aconsejable realizar la reserva online. Durante el recorrido, se darán a conocer tanto los aspectos artísticos dentro del arte Románico, como apreciaciones sobre el paisaje y anécdotas de su historia en el contexto del Reino de Aragón. Además, también se ofrecerán pases audiovisuales en la sala de proyecciones del Centro de Visitantes para todo el público.
La entrada general tiene un coste de 6 euros, 8 si es con guía. Los estudiantes menores de 26 años con carné joven y los jubilados, 5,50 y 7 euros, grupos de más de 20 escolares 4,5 y 6 euros y es gratis para los menores de 6 años y minusválidos.
En cuanto a los horarios, en el periodo de primavera y otoño (1 de marzo-30 de junio y 1 de septiembre-31 de octubre) abre todos los días de 10:00 a 19:00 horas.
Horario de verano: Del 1 de julio al 31 de agosto abre todos los días de 10:00 a 20:00 horas.
Horario de invierno: Del 1 de enero al 28 de febrero y del 1 de noviembre al 31 de diciembre. De 11:00 a 17:30 horas.
Cierra en Navidad y Año Nuevo y todos los lunes salvo puentes y festivos.
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