Asturias

El nacimiento de un Reino

Cruz de la Victoria
Cruz de la Victorialarazon

En los albores del siglo VIII, en una convulsa Europa, nacía el Reino de Asturias que terminaría por ser determinante en la posterior evolución de la Historia. Hoy junto a nombres, leyendas y mitos pervive su legado a través de sus construcciones. Las singulares edificaciones altomedievales que impulsó este reino conforman un arte único que ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO: el Prerrománico Asturiano.

Entre los siglos VIII y X el Reino de Asturias desarrolló un arte que hundía sus raíces en la herencia paleocristiana pero que también apuntaba a nuevas fórmulas, originales e innovadoras, y que albergaban el germen de lo que sería el gran conjunto de la cultura europea occidental que llegaría a su plenitud en siglos posteriores.

Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo, Santa Cristina de Lena, San Julián de Los Prados, San Salvador de Valdediós, la fuente de Foncalada... hasta un total de doce templos y tres construcciones civiles; además de grandes piezas de orfebrería, custodiadas en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, como la Cruz de La Victoria (mide casi un metro), que permanecen como testimonio vivo de un pasado que forma parte del presente de Asturias.

Un legado que recoge la tradición de la primera arquitectura cristiana y abre camino a su universalización que tendría lugar con la codificación románica. El Prerrománico Asturiano explora soluciones, anticipa repertorios iconográficos, aporta nuevas fórmulas de tratamiento del espacio... pero sobre todo muestra cómo fue aquel reino medieval engastado entre el mar y las montañas.