Sorpresa

Estas son las playas más singulares de Andalucía

Entre el sosegado Mediterráneo y el ávido Atlántico, la costa andaluza propone un verano inolvidable junto al mar

Playa de Bolonia, Cádiz
Playa de Bolonia, CádizLa RazónLa Razón

Tan solo es una cifra, pero revela mucho: Con más de 800 kilómetros de costa, Andalucía tiene el privilegio de convertirse en el destino perfecto para el verano, sobre todo para los apasionados de la mágica fusión del agua, el salitre, el viento y la arena. Esta suma de ingredientes dan forma a un atractivo cóctel que hace las delicias de los apasionados del mar, aunque lo cierto es que también engatusa a los más reticentes.

Parte de la culpa del éxito asegurado de una escapada veraniega a Andalucía reside en que sorprende al viajero con playas únicas, de esas que quedan grabadas en la retina y no dejan indiferente a nadie, pues hay desde amplios arenales de fina arena que se pierden en el horizonte hasta calas escondidas entre acantilados o playas salvajes acariciadas únicamente por la vegetación de zonas protegidas.

Ante esta retahíla de alternativas, resulta complicado decantarse por un único destino, de ahí que lo mejor sea descubrir algunos de los paisajes costeros más sorprendentes y con personalidad propia. Hay alternativas a lo largo y ancho de todo el litoral, desde la Costa de Almería, pasando por la granadina Costa Tropical, hasta la archiconocida Costa del Sol en Málaga o la bucólica Costa de la Luz de Cádiz y de Huelva.

Arrancamos este insólito viaje por las playas más sorprendentes de Andalucía aterrizando en la impresionante Duna de Bolonia, adscrita al Parque Natural del Estrecho, en la costa suratlántica de Cádiz. Capaz de elevar al cielo la costa gaditana con su sorprendente lomo de más de 30 metros de altura, es de los pocos conjuntos de dunas que siguen avanzando tierra adentro. Pero la magia resulta aún más impactante al vislumbrar, en sus cercanías, el Conjunto Arqueológico Baelo Claudia. Declarado Monumento Histórico Nacional, esta ciudad-factoría pesquera romana sorprende por su excelente estado de conservación, creando una postal idílica de columnas jónicas a orillas del mar.

Acantilado dunar

Tampoco defrauda el acantilado del Asperillo, el acantilado dunar más alto de Europa. Ubicado en la localidad onubense de Almonte, entre las poblaciones de Matalascañas y Mazagón, es un sistema de dunas fósiles que se extienden a lo largo de doce hectáreas de costa, convirtiéndose por méritos propios en una de las formaciones costeras con características geomorfológicos y ecológicas más singulares de la Península.

Y puestos a descubrir un litoral de infarto, nada mejor que hacer una escapada a la que está considerada la playa más larga de España. Se trata de la playa de Doñana, a caballo entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz y con la friolera de 28 kilómetros de extensión y acceso restringido. Este laberinto de tierra y agua da forma a marismas, lagunas y caños, cotos y pinares, vetas y veras, dunas, playas y acantilados que dejan boquiabierto al viajero, gracias a un paisaje espectacular en el que nos topamos con la desembocadura del Guadalquivir, con kilómetros de playa virgen y arenas blancas.

Pero si lo que busca el viajero es una colección de coquetas calas y pequeños arenales con encanto, nada mejor que dirigirse hacia el este, pues Andalucía también puede presumir de albergar algunas de las playas más pequeñas y escondidas del país, como la de Maro (Málaga), la de Cantarriján, en La Herradura (Granada), y La Viborilla, en Benalmádena (Málaga), estas últimas nudistas y de menos de 400 metros de longitud. Aunque menor aún es la de la Rijana, en la localidad granadina de Gualchos, con unos 250 metros.

De incalculable valor son también algunas de las playas más recónditas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en la provincia de Almería, tanto por su ubicación como por su belleza. Es el caso de Cala San Pedro, que suele tener muy poca afluencia de visitantes ya que, para acceder a ella, hay que caminar varios kilómetros por senderos de tierra.

Cascada de agua dulce

Otra curiosa peculiaridad que nos regala la costa andaluza es que nos permite adentrarnos en una de las pocas cascadas de agua dulce de España que caen directamente al mar. Se trata del paraje natural de Maro – Cerro Gordo, en la malagueña localidad de Nerja, caracterizado por formar una estrecha franja paralela a la costa de 12 kilómetros de ancho, lo que dibuja unos espectaculares acantilados, de hasta 75 metros de desnivel, entre los que se intercalan bellas playas y pequeñas calas, fruto de la erosión y regresión marina sobre las últimas estribaciones de la Sierra de Almijara. Así, en la milla marítima, grutas y escarpados fondos dan pie a numerosas especies y un paseo en embarcación permite al visitante acercarse a lugares poco accesibles y de gran belleza, como la citada cascada de Maro, una experiencia de lo más enriquecedora para los sentidos.

Y también singular es una de las tres únicas cuevas de origen marino que se conocen en todo el mundo, como es la Cueva del Tesoro, en Rincón de la Victoria (Málaga). La historia, la arqueología y la leyenda se unen en este espacio, también conocido como la Cueva del Higuerón, cuyas galerías nos regalan restos del Paleolítico, de la Edad de Bronce y muestras de Arte Rupestre a través de un cómodo paseo por sus cavidades en busca del famoso tesoro que, según dicen, aún permanece en la cueva.

Aventura y deporte en el agua

Andalucía no solo mira al mar, sino que lo disfruta al máximo, una pasión que también cala en el viajero que llega hasta aquí. Tanto el amplio litoral andaluz como los cursos de muchos de los ríos que atraviesan sus regiones y los embalses de mansas aguas, propician la práctica de deportes náuticos aptos para todos. Aquí es posible disfrutar de una relajada navegación a vela en el mar o sentir la placidez del piragüismo en grandes embalses de interior, pero también descargar adrenalina a través del descenso de algunos ríos practicando rafting, sin olvidar la emocionante sensación de volar a lomos de una tabla de windsurf gracias a la fuerza del viento que sopla cerca del Estrecho de Gibraltar. Existen playas, sobre todo en la provincia de Cádiz, como las de Tarifa, Valdevaqueros o El Palmar, en las que el infinito arenal bañado de aguas azules se tiñe del vivo colore de las numerosas cometas que dibujan una estampa única. En el agua, los más animados exprimen su tiempo sobre una tabla, mientras que en tierra firme el espectáculo de colores de las cometas que bailan en el cielo resulta impactante.

Otro espectáculo difícil de olvidar es el que se puede contemplar bajo el agua, pues en Andalucía no faltan bellos fondos marinos que hacen las delicias de los amantes del buceo y del submarinismo. Estepona, Nerja, Tarifa, Almuñécar, Cabo de Gata… son algunos de los muchos lugares donde sociedades y organizaciones tienen presencia para ofrecer sus servicios y conocimientos sobre buceo al viajero que se anime a practicarlo en cualquiera de sus modalidades. Y el esfuerzo merece la pena, ya que este deporte permite disfrutar de una visión única, gracias a un fondo marino muy bien conservado que guarda en su interior la belleza del mar en estado puro.

Contenido ofrecido con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía