Este es el motivo por el que los sellos de los pasaportes están desapareciendo

Los sellos de pasaporte son impresiones o marcas que se aplican en las páginas del pasaporte de una persona como evidencia de que ha ingresado o salido de un país. Estos sellos suelen contener información importante, como la fecha de entrada o salida, el nombre del país y, en algunos casos, el nombre del punto de entrada (como un aeropuerto o un puerto). Los sellos de pasaporte son una forma de registro oficial de los viajes internacionales de una persona y se utilizan para verificar el cumplimiento de las leyes de inmigración y para rastrear el historial de viajes de un individuo.

Los sellos de pasaporte son generalmente aplicados por funcionarios de control de fronteras, como agentes de aduanas, oficiales de inmigración o personal de seguridad en aeropuertos, puertos y puntos de entrada terrestre. Este proceso lleva mucho tiempo y, además, no se trata del método más fiable para dar el visto bueno en la frontera. Es por ello por lo que los sellos de los pasaportes están comenzando a despedirse, siendo sustituidos por otros métodos de control fronterizo.

Sally French, experta en viajes de ''NerdWallet'' explica que los sellos no suelen ser la mejor solución. ''Si están mal impresos, puede ser difícil acceder a ellos más adelante. A menudo se colocan al azar en las libretas de pasaportes, lo que puede dificultar su búsqueda y también se pueden falsificar fácilmente''.

Los métodos para sustituir a los sellos

La llegada del reconocimiento facial biométrico, el control digital de pasaportes y los métodos de control fronterizo de alta tecnología son procesos que están estableciendo poco a poco y que aceleran el método de los sellos.

La Unión Europea ya se está preparando para implantar sobre el mes de noviembre un sistema de entrada y salida que eliminará por completo es sellado en los pasaportes. Para aquellas personas necesitadas de un visado de entrada, se utilizará el reconocimiento facial y para aquellos que no necesiten visado, registrarán cuatro huellas dactilares y el reconocimiento facial.

Este sistema se aplicará para los ciudadanos que no sean de la Unión Europea, viajen con una estancia de hasta 90 días en un período de 180 días y estará en uso en 29 países, entre ellos España.