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Expreso del Litoral, el crucero más tradicional de Noruega

Expreso del Litoral, el crucero más tradicional de Noruega
Expreso del Litoral, el crucero más tradicional de Noruegalarazon

Hurtigruten recorre más de 2.400 kilómetros desde Bergen hasta Kirkenes abrazando la orilla del que está considerado como «el mar más bello del mundo». Aquí prima la experiencia pues, si hay suerte, podemos cazar auroras boreales

Suena una sirena a bordo del Ms Richard, en el reloj pasa ya la media noche, por los altavoces una señora noruega y guía de todos los pasajeros dice en al menos tres idiomas diferentes y casi de manera inaudible, que podemos ver en la proa del barco una aurora boreal. Todo el pasaje sin excepción se levanta de su asiento (si es que no estaba ya en la cama) y corre a por sus prendras de abrigo; este fenómeno lo llevamos esperando un par de noches... Sabemos que cuanto más al norte, más posible es que lo veamos y, sí, ¡por fin! Afloran los nervios y no lo podemos creer, ahí está, justo delante de nosotros, ese color verde, esa luminiscencia que nos llevamos en la retina, y con suerte en alguna fotografía, hemos cazado una aurora boreal.

Conseguir ver algo tan raro como sorprendente no es fácil y se convierte en un hito imposible de olvidar, ya que sólo es visible en las zonas cercanas al polo y, además, en épocas del año muy concretas (de octubre a marzo), con el añadido de que lo hemos conseguido subidos a bordo de un crucero con tanta historia como Hurtigruten, toda una insignia en Noruega. Y es que los viajes de Hurtigruten nada tienen que ver con la idea de crucero que siempre se tiene en mente. Aquí no encontraremos ni cabinas lujosas, ni discotecas, ni casinos. Todo lo contrario. A bordo sólo tenemos que abrir bien los ojos, disfrutrar del increible paisaje de los fiordos, la tranquilidad del agua, un atardecer en alta mar y, como mucho, de la compañía de un buen libro.

El «expreso del litoral», como se denomina tradicionalmente a Hurtigruten, no es un crucero al uso, es también un servicio de línea regular que navega bajo la bandera de servicio postal y que lleva ya casi 120 años surcando, según Lonely planet, «el mar mas bello del mundo». En este barco no encontraremos a cruceristas deseosos de bajarse en la siguiente parada y con el «ansia» de conseguir una instantánea de la ciudad típica marcada en el mapa. Debido a su larga tradición, pues lleva más de 90 años convertido en el eslabón de comunicación entre el sur y el norte de Noruega, en Hurtigruten pasamos de ver viajeros de todo el mundo que realizan el viaje completo de 11 días en la mejor suite para disfrutar del litoral noruego hasta noruegos que se mueven tan sólo de una ciudad a otra para visitar a los familiares o pasar el fin de semana.

Pie a tierra

La experiencia Hurtigruten arranca en Bergen, punto de partida de los cruceros donde se junta naturaleza y cultura. Además de quedarnos boquiabiertos por su ubicación, rodeada de montañas y fiordos, la ciudad sorprende por sus museos de arte y por su barrio hanseático, donde vivían los comerciantes más conocidos de la Edad Media y que además figura en la lista de la Unesco.

A lo largo del recorrido por la costa más salvaje de Europa merece la pena apearse del barco para ver ciudades como Alesund o Trondheim. La primera nos regala un relajante paseo a lo largo de sus calles reconstruidas al estilo Art Nouveau, mientras que la segunda sobresale por ser «el hogar de los troles», traducción a la que hace referencia su nombre y donde se pueden visitar Munkholmen, un antiguo monasterio benedictino colocado en un islote frente al puerto, o la catedral de Nidaros, centro de celebración de las ceremonias de coronación de los reyes de Noruega.

Alejándonos de la ciudad y ya mucho más al norte, después de haber pasado la imaginaria linea del Círculo Polar Ártico, podemos bajar en la localidad de Bodo y subir la adrenalina en una excursión en lancha motora para hacer un safari y ver águilas pescadoras y la corriente marina más fuerte del mundo. El viaje continua hacia el norte y hasta Kirkenes, pero realizaremos una última parada en Tromso, puerto base de numerosas expediciones polares y que cuenta en su conjunto histórico con numerosas casas antiguas y con la catedral de madera más grande del norte de Escandinavia.