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Destinos

Golf de categoría con vistas únicas: el lujo de jugar en Madrid

Más de 20 campos de primer nivel, un clima amable todo el año y una oferta turística sin rival convierten a la Capital en el nuevo destino preferido del golf internacional

GOLF ©ELEQUIPO 2020 ELEQUIPO

Madrid no necesita demasiadas presentaciones. Su cocina, su escena cultural, su ritmo frenético, su capacidad de reinventarse sin perder la esencia… Todo suma para convertirla en una de las ciudades más estimulantes y acogedoras de Europa. A esa fórmula, que ya seduce a viajeros de todo el mundo, se suma ahora un nuevo argumento que gana fuerza: el golf. La Comunidad de Madrid se está posicionando como un destino de referencia para quienes buscan practicar este deporte sin renunciar a los atractivos de una gran capital.

El green a un paso del centro

Aquí el golf no está a las afueras de la ciudad: forma parte de ella. Más de 20 campos de primer nivel repartidos en un radio de apenas 30 kilómetros hacen que Madrid sea la capital europea con mayor concentración de instalaciones de este nivel. Se puede dormir en un hotel de cinco estrellas frente al Retiro y, en menos de una hora, estar golpeando desde el tee con el skyline al fondo o la sierra marcando el horizonte. La conectividad, la infraestructura y la oferta complementaria completan un ecosistema ideal para el viajero exigente.

La gran ventaja es que no hace falta elegir entre una escapada urbana o una experiencia deportiva. Madrid ofrece ambas. Se puede pasar la mañana en el green y la tarde entre exposiciones, tiendas de autor o terrazas con vistas. El ritmo dinámico de la ciudad convive con la serenidad de los campos, donde el silencio, la luz y el paisaje ofrecen un contraste inesperado para quien aún asocia el golf con destinos costeros o zonas más aisladas.

Golf Santander ©ACGM 2022ACGM

Los campos madrileños no tienen nada que envidiar a los grandes referentes internacionales. Algunos llevan la firma de nombres como Jack Nicklaus, José María Olazábal, Von Hagge o Javier Arana, con recorridos técnicos, espectaculares y perfectamente integrados en el entorno.

El mantenimiento es impecable, el servicio está a la altura de los estándares más exigentes y la calidad-precio resulta muy competitiva frente a otras capitales europeas. Y lo mejor: se pueden disfrutar durante todo el año. Mientras otros destinos limitan su temporada al buen tiempo, en Madrid el clima permite jugar los doce meses sin apenas interrupciones, incluso en invierno o en días menos soleados.

Cada vez más viajeros encuentran en el golf su principal motivación para viajar. No se trata ya de quienes aprovechan unos días en la ciudad para escaparse al campo, sino de un nuevo perfil de visitante que organiza su estancia en torno a este deporte. Y Madrid responde con una propuesta que va mucho más allá del green. Porque aquí, tras 18 hoyos, el día no se acaba: empieza otra experiencia.

Una comida en alguno de los grandes restaurantes que marcan tendencia, una tarde de arte entre museos, una ruta de compras por las boutiques del barrio de Salamanca o una noche de cócteles y teatro. Todo eso —y más— está al alcance de la mano. Es esa combinación lo que hace de Madrid un destino diferente: donde el golf no se vive como un paréntesis, sino como una pieza más en un estilo de vida vibrante. Esa mezcla de actividad y cultura, de deporte y ciudad, es una de las claves del nuevo turismo de calidad que la región quiere atraer, consolidando una oferta cada vez más sofisticada, diversa y alineada con los gustos del viajero actual.

El atractivo se extiende también fuera del centro. Algunos campos se encuentran en enclaves únicos, como Aranjuez, Alcalá de Henares o San Lorenzo de El Escorial, ciudades Patrimonio Mundial por la Unesco. En este último destaca el Real Club de Golf de La Herrería, que ofrece un recorrido entre fresnos y robles, con vistas al Monasterio. Jugar allí es hacerlo con historia y paisaje como telón de fondo. Pocos campos ofrecen una postal tan poderosa, tan equilibrada entre belleza natural, legado cultural y calidad deportiva.

La región atraviesa un momento de transformación profunda. Nuevos hoteles, más propuestas culturales, una cocina que mira al mundo sin dejar de lado sus raíces y un creciente interés internacional por su estilo de vida están impulsando la marca Madrid con fuerza. En ese contexto, el golf suma un valor añadido que encaja a la perfección con esta nueva identidad: contemporánea, abierta, exigente y con carácter.

Oferta atractiva y urbana

La capital no compite por ser el más tradicional de los destinos de golf, sino por ofrecer algo distinto; una oferta atractiva con un gran plus diferencial. Es el único lugar del mundo donde se puede disfrutar de un resort urbano sin renunciar a la energía de una gran capital. La posibilidad de combinar deporte, gastronomía, ocio y cultura sin necesidad de largos desplazamientos convierte a la Comunidad en una opción cada vez más atractiva para el viajero que busca experiencias completas. Aquí se juega a otro ritmo, se vive de otra forma.

Por todo eso, Madrid empieza a consolidarse como una referencia para quienes entienden el golf como parte de su estilo de vida. No se trata solo del «swing»: se trata del momento, del lugar y de lo que sucede antes y después de cada recorrido. Este destino tiene todo lo necesario para que ese conjunto funcione. Se ha ganado un lugar privilegiado en el mapa del golf internacional gracias a su carismática personalidad.