Gastronomía

El mejor Café de París, en Barcelona

El joven cocinero Jordi Cunill tomó el relevo de un restaurante legendario de Barcelona para seguir ofreciendo unos platos de altísimo voltaje gastronómico

El mejor Café de París, en Barcelona
El mejor Café de París, en BarcelonaToni Montesinos

Meses atrás, se inauguraba, en la Victoria Art Gallery de Bath, Gran Bretaña, la exposición «Toulouse-Lautrec y los maestros de Montmartre»; visitarla era una maravilla para adentrarse en el París bohemio y de los cafés y espectáculos de principios de la pasada centuria. Allí se podían ver más de 30 piezas, incluido su primer cartel del Moulin Rouge y los bailarines de cancán de «La Troupe de Mademoiselle Eglantine», y todo ello se complementaba con obras de otros artistas célebres de la época. Pues bien, estas imágenes tan representativas del arte francés, y que como queda claro con el ejemplo del museo referido se reproducen por doquier dado su calado internacional, tienen su evocación en las paredes de la calle Mestre Nicolau 16, en la Barcelona del barrio de Sarrià-Sant Gervasi, en un local llamado Café de París.

El restaurante nació en 1972, y tras la pandemia se encargó de él el chef Jordi Cunill, que le ha dado un nuevo aire respetando por completo lo mejor que salió de sus fogones durante cinco décadas, todo un surtido de platos contundentes y deliciosos. Es un lugar de barrio y de sabor lujoso, de diseño antiguo, de esa antigüedad que te acoge y te habla de una larga tradición culinaria que cabe atesorar. De hecho, Cunill decidió mantener platos muy exitosos entre los que tenían el placer de acudir allá, como el filete Chateaubriand (con este nombre del escritor de las «Memorias de ultratumba» en las que tanto habló de la trayectoria de Napoleón), el «entrecote Café de París» o unos garbanzos, denominados «de Luis», que se convirtieron en un clásico de la oferta gastronómica de la Ciudad Condal.

Platos contundentes y deliciosos de Café París. Barcelona
Platos contundentes y deliciosos de Café París. BarcelonaToni Montesinos

Fresas con pimienta

También un plato habitual desde siempre son la ostra Guillardau al natural, a lo que podría añadirse todo un listado de elaboraciones sabrosísimas: shishimi togarashi y cebolleta juliana, croqueta cochinillo pibil, miel y chipotle, unas bravas Rabbit’s de lo más originales, o una ensalada de puerros con ventresca atún bluefin, raifort, macadamia y uva, todo lo cual podría ser perfecto para empezar; luego, qué mejor que darse un homenaje con un linguini con rabo de toro y pecorino trufado, con un steak tartar de vaca picado a cuchillo, con un lenguado a la brasa menier o con unas espinacas a la crema gratinadas; y para acabar, habrá que sucumbir a la tentación frente a una torrija con helado de chocolate, delante de una tartaleta de manzana con helado de leche merengada o saboreando unas fresitas del bosque a la pimienta que te dejarán realmente asombrado.

Plato de Café de París. Barcelona.
Plato de Café de París. Barcelona. Toni Montesinos

En el ambiente peculiar, de elegantes camareros y paredes con aspecto parisino de la Belle Époque, en este restaurante que abre cada día para su público cotidiano, pero también para el extranjero que se aventura por las calles barcelonesas queriendo probar lo insólito, no es inusual escuchar frases como «Esta es la mejor alcachofa que he comido en mi vida». Tal es la calidad del Café de París, al que le contempla ya más de medio siglo de andadura y al que le esperan otros tantos años de oír frases como esa a tenor de lo bien que cocinan.