Visita nocturna

El placer de adentrarse en la Mezquita-Catedral de Córdoba al caer el sol

Visitar el monumento supone un soplo de aire fresco para el viajero y ahora merece la pena descubrirlo al caer el sol

La Mezquita de Córdoba
Interior de la mezquita de CórdobaLa RazónLa Razón

Adentrarse en la ciudad de Córdoba en pleno verano puede parecer una odisea, pero lo cierto es que también tiene su encanto. Sobre todo si se aprovecha la ocasión para descubrir, o redescubrir, uno de los monumentos más emblemáticos de nuestro país, como es la Mezquita-Catedral de Córdoba, un edificio que sobrecoge al viajero y le pellizca el corazón, pues abarca en su interior nada menos que ocho siglos de historia.

Poner un pie en la Mezquita-Catedral de Córdoba siempre es un soplo de aire fresco, gracias al grosor de unos muros que, además de atesorar un legado artístico e histórico único, también guardan una temperatura ideal. Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, la magia de la Mezquita-Catedral de Córdoba reside en su capacidad para emocionar a todo aquel que la recorre, pues nos encontramos ante una arquitectura viva, en la que siempre es posible recrearse y descubrir un nuevo detalle, que hasta el momento había pasado desapercibido a nuestros ojos, aunque ya lo hubiéramos visitado previamente. Influencias de Roma, de Siria y de Bizancio se hacen presentes en un edificio que encuentra también su expresión en el arte visigodo, califal, renacentista y barroco, logrando una fusión perfecta de arte, historia, religión y tradición. Por esta razón, la Mezquita-Catedral de Córdoba es un espacio paradigmático, un lugar que resume como pocos el devenir histórico de nuestro país y la trayectoria de la Historia del Arte.

Además, este edificio cumple la función de ser un espejo en el que se proyecta un constante diálogo entre fe y cultura. Una dualidad indisoluble que invita al espectador a redescubrir su pasado, a comprender su presente y a proyectar su futuro. Todo ello es percibido por el viajero, que se adentra en un espacio sobrecogedor que acaricia el alma y que no deja a nadie indiferente. Arcos, columnas, retablos y capillas se dan cita hasta configurar una creación asombrosa e irrepetible.

Visita nocturna

Sin embargo, para no sufrir los rigores propios del clima cordobés en pleno verano, existe una posibilidad de lo más sugerente y atractiva: realizar una visita nocturna a la Mezquita-Catedral, una experiencia que invita al viajero a sentir el privilegio de recorrer el monumento iluminado y admirar su impresionante arquitectura bajo la luz de las estrellas.

En concreto, la visita nocturna denominada «El Alma de Córdoba» es una de las propuestas más populares para descubrir este monumento. No es de extrañar, pues en este recorrido se produce una fusión de luz, sonido e imagen que nos traslada al conocimiento profundo del monumento, a su valor patrimonial y a su significación religiosa de una forma mágica. La visita nocturna se inicia con una proyección en el espectacular Patio de los Naranjos, como punto de partida al posterior recorrido por los hitos del conjunto arquitectónico. Patrimonio y tecnología se fusionan de este modo hasta crear una nueva experiencia para los sentidos.