Viajes

Portugal: El mejor destino del mundo

El país vecino se ha convertido en el gran triunfador de la final de los «World Travel Awards 2007» al lograr el máximo reconocimiento a nivel internacional

La Torre de Belem es una de las citas obligadas del viajero que recorre la ciudad de Lisboa
La Torre de Belem es una de las citas obligadas del viajero que recorre la ciudad de Lisboalarazon

El país vecino se ha convertido en el gran triunfador de la final de los «World Travel Awards 2007» al lograr el máximo reconocimiento a nivel internacional.

El título no deja lugar a dudas: Portugal es el «Mejor Destino del Mundo», según los «World Travel Awards», entregados esta semana. Y es la primera vez que un destino europeo logra este consagrado reconocimiento. La pugna no ha sido sencilla, pero lo cierto es que sobran las razones para que nuestro país vecino se halla alzado con el primer puesto a nivel mundial. «Estamos ante un momento único para el turismo en Portugal. Este es el reconocimiento del trabajo que se ha desarrollado a lo largo de los años por todos aquellos que de alguna manera están ligados con la industria del turismo, pero también es el reconocimiento del país que tenemos. Ahora debemos continuar este trabajo de mostrar toda la diversidad que Portugal tiene que ofrecer y que nos convierte en un destino turístico de excelencia», asegura Ana Mendes Godinho, secretaria de Estado de Turismo de Portugal.

«Este premio es el resultado del gran trabajo y fuerte inversión hecha en Portugal a lo largo de los años y de su capacidad para impresionar al mundo. Es un país reconocido internacionalmente por la capacidad de descubrir un camino alternativo a la austeridad, de cambio, asumiendo el Turismo como un papel determinante en el crecimiento económico. Por ello, Portugal es hoy un país auténtico y vibrante que se sabe reinventar con creatividad e innovación en torno a las tradiciones y el patrimonio. Lleno de luz, patrimonio histórico, cultura, naturaleza, surf, gastronomía, vinos, sonrisas...», asegura Mendes Godinho», quien añade que «Portugal es el tercer país más pacífico del mundo, una puerta abierta al mundo, con buena accesibilidad aérea, con hoteles de calidad, con profesionales cualificados, buena red viaria, excelentes cuidados de salud. Hay mil y una razones para no perderse Portugal, pero como ha dicho Taleb Rifai, Secretario General de la OMT, lo mejor de Portugal son los mismos portugueses. Y yo añado: con una sonrisas y brazos siempre abiertos a la espera de recibir el mundo. Hace 500 años Portugal descubrió el mundo. Hoy es el mundo el que está descubriendo Portugal. Y nada puede detener a este país».

De norte a sur

Los españoles no tenemos excusa para dejar de descubrir todas las bondades con las que cuenta nuestro país vecino, pues viajar a Portugal resulta muy sencillo desde casi cualquier rincón de España. Clima ameno, tres mil horas de sol al año y 850 kilómetros de playas bañadas por el océano Atlántico son algunos de los argumentos con los que cuenta Portugal para atraer al viajero. En este país, que tiene las fronteras más antiguas de Europa, nos topamos con una gran diversidad de paisajes a corta distancia, muchas actividades de ocio y un patrimonio cultural único, donde la tradición y la modernidad se conjugan en perfecta armonía. La gastronomía, los buenos vinos y el pueblo hospitalario completan la estrategia con la que Portugal no deja indiferente a quien tiene el privilegio de recorrerla.

Dispuestos a descubrir el país, Lisboa se alza como la cita imprescindible. La capital portuguesa no defrauda. Sus empinadas calles guían nuestros pasos hasta evocadores miradores desde los que es posible contemplar los rojizos tejados a vista de pájaro, mientras la brisa del río Tajo nos acaricia el rostro. Y si la estampa cautiva, resulta aún más cautivadora cuando recorremos las callejuelas en su afamado tranvía. Sin prisas, pues aquí lo importante no sólo es el destino, sino también todo lo que nos regala el camino en tan mágico medio de transporte.

La Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, en el área de Belém, son algunas de las citas obligadas en la capital, sin pasar por alto el Castillo de San Jorge, uno de los símbolos de la ciudad, designado como Monumento Nacional. Y a las afueras de la ciudad, resulta más que recomendable acercarse hasta el Palacio da Pena, en Sintra, un mágico refugio que parece sacado de un cuento de princesas.

Mucho más que Lisboa

Pero Portugal es mucho más que su capital. Cualquier región del país merece una escapada. En el centro no hay que dejar escapar destinos como Coimbra, corazón cultural del país y una de las gratas sorpresas con las que se topa el viajero; Aveiro, con la ría más linda de Portugal, o la villa de Fátima, con su espectacular Santuario. Y en el norte, Oporto se alza como la joya de la corona. Además de sus vinos –sería un pecado no adentrarse en cualquiera de sus bodegas– la ciudad sorprende al viajero por su coqueta belleza, tocada con un toque de decadencia que la hace aún más especial y romántica.

Rumbo al sur, Alentejo es la región más agreste y rural del país, por lo que permite al viajero descubrir la cara más auténtica de Portugal. T ierra de grandes planicies, alcornoques, viñedos y excelentes vinos, y casas con fachadas de un blanco deslumbrante. Y al borde del Atlántico, Algarve es el refugio costero por excelencia, aunque además de las grandes zonas turísticas también se dejan ver pequeños pueblos de pescadores que todavía hoy viven como antaño. Es la gran diversidad de Portugal, esa que cautiva y engancha para volver una y otra vez.