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La “Sala de los Caballeros” del Palacio de Weikersheim

Un impresionante ejemplo de arquitectura renacentista del suroeste de Alemania

Detalle del gran salón
Detalle del gran salón© Staatliche Schlösser und Gärten Baden-Württemberg, Schlossverwaltung Weikersheim

Recorriendo la “Ruta Romántica” de Alemania (www.romantischestrasse.de), en una de sus paradas, descubro el idílico y tranquilo pueblo de Weikersheim donde sobresale como principal construcción histórica (además de la plaza del Mercado –“Marktplatz”- y la torre de los Gansos –“Gänsturm”-) su imponente castillo/palacio.

El acceso a esta fortificación palaciega, a través de una pasarela que salva un foso, ya nos permite apreciar la grandiosidad de esta fortaleza. Sensación que se acentúa, segundos después, cuando accedemos al patio de armas.

La visita al castillo y sus espectaculares jardines barrocos (al estilo francés de la época en que se diseñaron) es obligada si el viajero se encuentra por estas latitudes. Seguramente, una de las instantáneas más reiteradas de nuestro paso por Weikersheim es tomar la fotografía desde este jardín (famoso por su diseño geométrico y profusión de imaginativas estatuas) con una de las fachadas del palacio como fondo.

En todo caso, dentro del recorrido por su interior, sin duda, la gran “joya” de este itinerario repleto de historia es su espectacular “Salón de los Caballeros” (“Rittersaal”).

Un espacio emblemático, dentro de un palacio icónico del suroeste de Alemania
Un espacio emblemático, dentro de un palacio icónico del suroeste de AlemaniaJNarro

Se trata de una gran estancia del año 1600, de cuarenta metros de largo, rodeada de grandes ventanales de dan claridad y luminosidad a esta singular cámara.

Ricamente decorado y con un techo artesonado que no necesita soportes adicionales, es verdaderamente asombroso, conociendo cuándo fue construido, ver que no existe columna alguna en medio de este gran espacio diáfano que soporte el techo y ayude a distribuir el peso con las paredes. Todo un logro arquitectónico de su época.

Entrar en la interior de este majestuoso recinto causa lógica admiración en el visitante. Grandes esculturas de estuco de animales en relieve en la parte superior de la pared (osos, venados, ciervos, …), junto a pinturas en el techo que recrean escenas de caza (con perros, caballos, paisajes, etc.) reflejan la pasión por la caza de los condes de Hohenlohe.

Esculturas de animales diseminadas en la parte superior de las paredes
Esculturas de animales diseminadas en la parte superior de las paredesJNarro

En todo caso, este gran salón de baile renacentista es mucho más. Era una manera de expresar el poder y la riqueza de esta familia noble, propietaria del palacio, tratando de causar admiración y, por qué no, algunas envidias entre sus invitados.

En la actualidad, si el viajero está atento a muchos de sus detalles, se dará cuenta que es un libro abierto de la historia del castillo (sobre gustos, modas, tendencias, aficiones, inventos, etc.) escrito con estuco, madera, piedra y pintura.

Por estos motivos, aconsejo realizar una visita guiada. Es la manera de conocer multitud de circunstancias, historias y leyendas que, de no ser así, pasarían desapercibidas.

Podría estar escribiendo largo y tendido sobre lo que vamos a encontrar (incluso en otras habitaciones y salas), pero, estoy seguro, sería algo tedioso y perderíamos esa sensación de asombro, siempre agradable, que nos inunda al conocer algo por primera vez.

Apenas aventuro, refiriéndome al “Salón de los Caballeros”, que impresionan dos grandes grupos escultóricos situados a cada lado de la gran sala.

Por un lado, la puerta de entrada (coronada por la escultura de San Jorge, patrón de la ciudad bajo cuya imagen descubrimos una escena de una batalla contra las tropas turcas) y, por otro, la espectacular chimenea renacentista, un verdadero tesoro artístico esculpido en 1602 por el artista de Miltenberg Michael Juncker.

Esculturas de la puerta principal de entrada
Esculturas de la puerta principal de entrada JNarro

Ornamentada con relieves y figuras, la chimenea se encuentra custodiada a cada lado, reflejados en la pared, con los árboles genealógicos del conde y la condesa, recordando así sus altos linajes y el “glorioso” pasado de la familia.

Nada extraña que sea considerado el más bello de los palacios de los Hohenlohe y el mejor ejemplo de arquitectura renacentista del suroeste de Alemania.

Entre las curiosidades decorativas a reseñar, destaca, quizás por lo inaudito, el saber que, entre los muchos animales que adornan el salón, la figura en relieve de un gran elefante fue esculpida por un artista que nunca vio uno real en su vida.

Desde esta perspectiva se aprecian perfectamente la figura del elefante y la originalidad del reloj
Desde esta perspectiva se aprecian perfectamente la figura del elefante y la originalidad del relojJNarro

No quiero olvidar mencionar la enorme lámpara de araña de plata de Augsburgo del siglo XVIII, situada en la parte central, y un precioso reloj al que acompañan, en la zona superior, con numerosas figuras.

En fin, estamos en un espacio único repleto de pinturas de personajes influyentes de entonces relacionados con el castillo y ante uno de los salones de fiesta mejor conservados de la época que, con seguridad, encantará al viajero.

Una visita única, diferente, de las que dejan huella. Como certeramente afirma algún folleto explicativo: "difícil de olvidar".