Viajes
El seductor triángulo perfecto de Santander
Naturaleza, gastronomía y cultura se dan la mano en la capital de Cantabria para brindar al viajero una experiencia completa
Podríamos, con la siguiente frase, resumir la esencia de las muchas razones para visitar Santander: «Una espectacular belleza plasmada en parajes naturales, una extraordinaria gastronomía que despierta el apetito y una vibrante y abundante vida cultural». Lo cierto es que esta acogedora ciudad invita a la desconexión y es ideal como destino de viaje en cualquier época del año, no en vano está considerada una de las urbes más bonitas de toda la cornisa cantábrica.
Nuestro recorrido por Santander comienza, como no podía ser de otra manera, en su paseo marítimo, una de las zonas más frecuentadas y agradables para pasear. En él, descubrirá algunos de los imprescindibles, entre los cuales destaca el Centro Botín, un edificio de diseño vanguardista y en cuyo interior podrá ver obras de artistas de prestigio internacional. Visitarlo es casi una obligación, como también lo es disfrutar de los Jardines de Pereda que, asomándose a la bahía, parecen ser una continuación del agua, pero en forma de bonitas plantas que abrazan al mencionado Centro Botín. Le recomendamos también pasear por el pequeño muelle de Puertochico, rodeado por el antiguo barrio de pescadores, una zona en la que hay un buen número de restaurantes en los que el pescado fresco es el ingrediente principal.
sigue recorriendo el paseo marítimo, se encontrará con el Museo Marítimo del Cantábrico, en el que a través de interesantes exposiciones se cuenta la relación del hombre con el mar; también verá las principales especies del Cantábrico en sus impresionantes acuarios. Mención especial merece el Palacio de Festivales de Cantabria, de diseño moderno y tan peculiar que lo ha llevado a ser considerado uno de los edificios más estrambóticos de España, que además acoge maravillosos espectáculos, por lo que, si en su viaje quiere disfrutar de alguna obra teatral, cinematográfica, musical o de danza, aquí tiene un magnífico espacio.
Avanzamos por el paseo marítisimo para invitarle a conocer una de las maravillas que hacen de Santander un viaje obligado: la Península de la Magdalena, un saliente de más de 25 hectáreas que podrá recorrer, si no le apetece caminar, en el Tren Magdaleno. Coronando de forma majestuosa este saliente está el Palacio de la Magdalena, envuelto por un maravilloso entorno natural y escenario de una exitosa serie española, Gran Hotel. Sin duda, merece la pena recorrerlo con un guía, como también es muy recomendable visitar las Caballerizas Reales, con una cafetería y restaurante. Aquí también puede disfrutar del Faro de La Cerda; el Museo el hombre y la mar, que reúne los tres galeones utilizados por Vital Alsar para atravesar el Océano Atlántico, y el Parque Marino, un pequeño zoo con pingüinos, focas y leones marinos que disfrutarán por igual niños y adultos.
Entre los atractivos de la costa santanderina no podemos obviar sus playas–la del Sardinero, la de los Peligros, la de Mataleñas y la del Camello son algunas de las más importantes– ni el Faro de Cabo Mayor, uno de los lugares más emblemáticos y que ofrece unas impresionantes vistas de los acantilados, dando una mágica perspectiva de la costa de Santander; además, junto al faro hay un restaurante en el que degustar una deliciosa comida mientras contempla el mar.
Una caja de sorpresas
La ciudad tiene otros alicientes de gran interés, como su catedral, un conjunto de estilo gótico formado por dos iglesias superpuestas, cuyo diseño actual es fruto de las reconstrucciones producidas por algunos tristes capítulos de la historia, como la Guerra Civil y el incendio de 1941. No dude en visitarla, y muy especialmente adéntrese en la Torre de la Catedral, un centro que acerca al público el patrimonio histórico de la ciudad.
Santander es una urbe inmensamente cultural, por lo que hay que mencionar otras citas que no le defraudarán: el Museo de Prehistoria y Arqueología, ubicado en el Mercado del Este, con muy interesantes exposiciones y piezas procedentes de los ricos yacimientos arqueológicos de Cantabria, como las Cuevas de Altamira, El Castillo o La Garma; también muy interesante resulta la visita al Museo de Arte de Santander. El Centro Arqueológico de la Muralla Medieval y el Refugio Antiaéreo son dos museos muy recomendables, especialmente para los amantes de la historia.
Por todo ello, enamorarse de Santander resulta sorprendentemente fácil.
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