
Escapadas
Tiempo de lavanda: los campos en flor tiñen de violeta el verano en Brihuega
Paseos y picnics al atardecer, talleres de perfumería o un ritual de spa son algunas de las experiencias que propone Castilla Termal Brihuega durante la época de la floración

Cuando llega el verano, los campos de Brihuega cambian de color. El verde habitual se transforma en un violeta intenso y casi onírico. Es la floración de la lavanda, y Castilla Termal Brihuega lo celebra como lo merece: con una propuesta de experiencias pensadas para sumergirse en el paisaje, el aroma y la calma de esta época.

Instalado en la antigua Real Fábrica de Paños, un edificio del siglo XVIII de planta circular que ya es parte del carácter del lugar, este hotel de cinco estrellas ofrece algo más que descanso. Aquí, el lujo se mezcla con lo sencillo y natural. La temporada estival se vive como un homenaje sensorial bajo el nombre de “Tiempo de Lavanda”, una invitación a desconectar sin artificios, solo con lo esencial.

Un verano de experiencias entre lavanda
Coincidiendo con el momento más mágico del año en La Alcarria, Castilla Termal Brihuega propone una serie de actividades que permiten vivir la floración de forma única. Una de las más especiales es el paseo privado al atardecer por sus campos de lavanda en flor. La caminata, tranquila y pausada, se puede completar con un picnic de productos locales, pensado para disfrutar del paisaje cuando la luz cae y el perfume de la lavanda se intensifica.

Para quienes prefieren una experiencia más dinámica, el hotel ofrece también paseos a caballo entre las hileras moradas, o rutas en bicicleta eléctrica o convencional para explorar el entorno de forma sostenible. Y para los amantes de los aromas, una propuesta singular: un taller de perfumería natural guiado por una experta, donde cada participante crea su propia fragancia. Además, se organizan actividades diarias como degustaciones, catas o talleres temáticos que conectan con la esencia de la tierra y sus productos.
Rituales de bienestar con aroma a verano
El spa es otro de los pilares de esta escapada. Bajo el nombre de “Campos de Lavanda”, Castilla Termal Brihuega propone un ritual diseñado para renovar cuerpo y mente. Comienza con una ducha Vichy y un exfoliante de lavanda, continúa con una envoltura corporal aromática y termina con un masaje con piedras volcánicas. Todo, en un espacio donde se han integrado antiguas tinas restauradas, respetando la historia del edificio y aportando un carácter único al circuito de bienestar.

El entorno acompaña: los jardines románticos del siglo XIX, con vistas al valle del Tajuña, parecen diseñados para detener el tiempo. Las habitaciones, con grandes ventanales y vistas abiertas, permiten que el paisaje entre sin pedir permiso. En especial, desde la piscina infinita, donde la mirada se pierde entre los campos violetas.
Un enclave perfecto para conocer la Provenza española
Castilla Termal Brihuega no es solo alojamiento. Es un punto de partida para conocer la llamada Provenza española, recorrer el centro histórico de Brihuega, adentrarse en sus cuevas árabes o visitar el cercano Museo de la Miel. El hotel también ha apostado por una propuesta gastronómica basada en productos de proximidad y recetas de raíz manchega, con una cocina que combina lo tradicional y lo contemporáneo.

Con este proyecto, Castilla Termal no solo ha rehabilitado un edificio con siglos de historia, sino que también ha consolidado un destino. Y lo ha hecho con una filosofía clara: sostenibilidad real, compromiso con el entorno y respeto por lo local. Hoy, con la lavanda en flor y los días alargándose hasta el horizonte, Brihuega se convierte en uno de esos lugares a los que se llega para parar, y a los que se vuelve para recordar cómo era el silencio.
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