Religión ( fundaciones)

Un fin de semana en busca de vocaciones junto a la tumba de Franco

La abadía benedictina del Valle de los Caídos pone en marcha un fin de semana para buscar jóvenes con inquietudes vocacionales

Imagen de una de las celdas
Imagen de una de las celdaslarazon

La abadía benedictina del Valle de los Caídos pone en marcha un fin de semana para buscar jóvenes con inquietudes vocacionales

Son muchos los españoles que acuden cada año a visitar el Valle de los Caídos, en la madrileña sierra de Guadarrama. Mientras que hay quienes acuden por el afán de visitar un lugar cargado de historia o por la grandiosidad del enclave, otros lo harán atraídos por el morbo de visitar la tumba de Francisco Franco o José Antonio Primo de Rivera. Sin embargo, lo que no todo el mundo sabe es que en este lugar existe también una abadía regida por monjes benedictinos, que llevan una vida apartada y de oración.

Con el objetivo de captar a jóvenes con inquietudes vocacionales, han puesto en marcha por primera vez un fin de semana vocacional. Será del 17 al 19 de marzo próximos en la propia abadía y los participantes podrán compartir el rezo de laudes y vísperas con los frailes, seguir el horario monástico y vivir en una de sus celdas.

Según cuenta en su web, valledeloscaidos.es, “el día de un monje benedictino se reparte esencialmente entre tres actividades complementarias: la oración, el trabajo y la lectio divina o lectura espiritual hecha bajo la guía del Espíritu Santo para alimentar la oración y conducir a la contemplación; además, a partir del cuidado de esta lectio divina, el monacato ha desarrollado de un modo muy importante la atención a los estudios a lo largo de los siglos. De ahí la formación de grandes bibliotecas y escuelas que en la época altomedieval salvaron la cultura grecorromana y cristiana y sirvieron de fundamento para la creación de una nueva cultura europea.

Entre los trabajos que pueden realizan los monjes, pueden, desde atender las distintas necesidades del monasterio (panadería, zapatería, sastrería, portería y tienda, etc.), hasta cultivar los jardines y campos, pasando por desarrollar labores intelectuales y manuales en la biblioteca y en la encuadernación. No faltan además monjes que se entregan al estudio y la elaboración de libros.

Al existir un Colegio-Escolanía de niños cantores, también hay monjes encargados de su dirección general y en las áreas musical, académica y espiritual.

La misión de estos monjes de vida contemplativa es rezar a diario por todos los caídos de ambos bandos en la Guerra Civil española. “De hecho -según informan en una nota-, en la basílica subterránea del Valle reposan los cuerpos de cerca de 34.000 de ellos, por los que se elevan plegarias y se celebran misas como gesto de paz y reconciliación”.

Paralelamente, en el conjunto monumental existe una hospedería con capacidad para 220 plazas y rodeada de un entorno natural incomparable, que además sirve como casa de ejercicios espirituales. Dispone de habitaciones sencillas, con aseo compartido fuera de la habitación, hasta suites con vistas a la cruz.