Hoteles

Una lujosa aldea de 78 villas canarias

Suite Villa María, situado al suroeste de Tenerife, es un cinco estrellas diseñadas bajo los parámetros de la arquitectura típica de las islas.

En la imagen, vista aérea del complejo, con la piscina principal y el océano al fondo
En la imagen, vista aérea del complejo, con la piscina principal y el océano al fondolarazon

Cuando el otoño acaba de entrar oficialmente en el calendario y empezamos a notar la forzosa bajada de temperaturas, resulta inevitable poner la vista en las afortunadas Islas Canarias en busca del anhelado «clima perfecto». Y precisamente allí, al suroeste de Tenerife, en la Costa Adeje, nos topamos con Suite Villa María, un alojamiento de cinco estrellas que se presenta como un pequeño pueblo pensado, íntegramente, para lograr la satisfacción del huésped.

Diseñado como si se tratara de una aldea de tan sólo 78 casas (con todos los beneficios que eso significa, como la tranquilidad que implica y la armonía que supone con el entorno), todas las estancias de Suite Villa María son exclusivas villas inspiradas en diferentes estilos arquitectónicos en perfecta consonancia con el paisaje, dominado por la montaña a un lado y el Atlántico al otro. Esta pequeña «aldea» es el paraíso de cualquier viajero, ya que todas las villas son de dos plantas, cuentan con cocina y salón propio, dos cuartos de baño, terraza y presumen de muy buenas vistas al océano, además de presentar una impecable decoración típica. Pero eso no es todo, ya que algunas de ellas cuentan, incluso, con jacuzzi exterior o con piscina privada, por lo que el descanso y la exclusividad están garantizadas.

A pesar de que las villas están completamente equipadas para poder cocinar, lo cierto es que lo más aconsejable es sentarse a la mesa del restaurante La Torre, con dos amplias terrazas y situado en el primer piso del edificio principal, con vistas a la plaza y a la piscina. Aquí resulta obligado disfrutar del desayuno, con productos típicos y un amplio bufé. Al caer el sol, este mismo espacio nos embauca con un ambiente elegante y relajado en el que la cocina local cobra el máximo protagonismo, gracias al saber hacer del joven chef David Moraga. Con una excelente carta en la que no faltan las propuestas propias de Canarias, Moraga impone una acertada dosis de creatividad con los mejores productos de temporada, lo que logra la suma perfecta entre tradición y vanguardia, ya que el comensal tiene la oportunidad de probar diferentes sabores, texturas y aromas propios de esta tierra, aunque también hay propuestas más internacionales.

Para algo más informal, el bar de la piscina, al aire libre, resulta de lo más apetecible, ya que nos invita a disfrutar de una cocina refrescante y ligera con platos preparados al momento, sin renunciar a los sabores propios de Canarias, como el típico queso a la plancha con mojo. Después, hay que continuar la jornada en alguna de sus dos piscinas climatizadas y con una gran cascada cuyo soniquete se convierte en un agradable y relajante runrún bajo el que broncearse. Y para rematar el día, nada mejor que un cóctel en el Bar Plaza, con una gran selección de bebidas.