Viajes
Viaje al corazón de Caracas
La capital de Venezuela invita al viajero a sumergirse en la riqueza cultural y en la diversidad que caracteriza a América Latina
Variedad de ambientes, geografía, clima, gentes, vegetación y, entre otras cosas, gastronomía. Así de seductora es Venezuela, y su capital, Caracas, es una visita obligada para los viajeros que busquen sumergirse en la riqueza cultural y diversidad que caracteriza a América Latina.
Anidada en un verde valle y a poco más de media hora del azul profundo del mar Caribe, Caracas hipnotiza con un maravilloso equilibrio entre naturaleza y desarrollo urbano. Esta singular combinación de modernidad, tradición y calidez humana posiciona a Caracas como un destino perfecto repleto de irresistibles contrastes. Por otro lado, los cercanos meses de abril y mayo son ideales para visitarla, con temperaturas muy agradables que invitan a explorar sus calles, parques y bonitos rincones al aire libre. Caracas se alza como un acierto seguro si se está pensando en un viaje al otro lado del Atlántico próximamente, ¡no lo dude!
Es importante saber que para conocer la esencia caraqueña nada mejor que recorrer su centro histórico, donde la arquitectura colonial se mezcla con la efervescencia de la vida moderna. Esta zona ha visto un renacer durante los últimos años, de hecho, se ha convertido en un atractivo turístico de primer orden gracias a que sus habitantes han puesto en valor sus barrios y sus edificios. Caminando por ella, puede encontrarse desde construcciones de inicios de la conquista a otros levantados a mediados del siglo XX.
En el propio casco histórico, uno de los imprescindibles es pasear por la «pequeña París», un sobrenombre cariñoso que recibe una de las zonas más encantadoras de la ciudad, y que es reflejo del influjo europeo en su arquitectura y estilo de vida. Bellos ejemplos de ello son el Arco de la Federación y el Parque Ezequiel Zamora, más conocido como El Calvario, ubicado en lo alto de la colina homónima.
Continuando en el centro de Caracas, parada indispensable resulta también la Plaza Bolívar, donde destaca la imponente estatua ecuestre de Simón Bolívar. En sus alrededores, se puede admirar la Catedral de Caracas, el Palacio de Miraflores y el Capitolio Federal.
Después de conocer el centro de Caracas, la zona de La Candelaria es otro esencial. En ella se concentra gran parte de la esencia caraqueña y venezolana, a la vez que marca una personalidad propia y un particular encanto. Ofrece una ventana muy especial del alma de Caracas.
Con edificaciones de época colonial, es un testimonio vivo de la historia venezolana. Pero La Candelaria no solo está llena de historia, sino también de aromas y sabores; hay muchos restaurantes para deleitarse con la gastronomía venezolana o de otro país, ya que los establecimientos ofrecen gran variedad de propuestas gastronómicas.
En la parroquia de La Candelaria también se topará con el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón. Desde luego merece una parada. En el ámbito cultural, mención especial merecen la Galería de Arte Nacional y el Museo de Bellas Artes, un santuario para los amantes de la cultura y el arte. Con una arquitectura que en sí misma es una obra de arte, el Museo de Bellas Artes alberga colecciones que van desde piezas de arte egipcio hasta una muy interesante colección de arte hispanoamericano del siglo XX y contemporáneo europeo y americano.
Paradas necesarias también en La Candelaria son la Ciudad Universitaria de Caracas y el Jardín Botánico. La Ciudad Universitaria, reconocida por su arquitectura innovadora y su importancia cultural, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Por su parte, el Jardín Botánico, adyacente a la universidad, es un pulmón verde en la ciudad y es ideal para pasear. Aledaño a estos, el histórico Parque Los Caobos extiende la invitación a la tranquilidad con sus amplias áreas verdes y esculturas narrativas, creando un trío perfecto de espacios que capturan la esencia de la ciudad, su historia y su compromiso con espacios de encuentro y cultura.
Parque Nacional El Ávila, un imprescindible de visitar
Un oasis verde al norte de la ciudad, así podría describirse el Parque Nacional El Ávila. Oficialmente llamado Waraira Repano, es de esencial visita para los amantes de la naturaleza y aquellos que buscan que en su escapada haya experiencias alejadas del bullicio urbano. Las vistas que regala de la capital y del mar Caribe son simplemente impresionantes. Desde la cumbre, Caracas se extiende como un lienzo urbano que contrasta con el intenso azul del mar en el horizonte.
El viaje hacia este refugio natural puede comenzar con una subida en el teleférico de Caracas, que proporciona una experiencia panorámica única durante el ascenso hasta el cerro El Ávila. En la cima, las opciones para disfrutar de este paraje son variadas: desde caminatas por senderos que se adentran en la montaña hasta pícnics en áreas especialmente designadas para ello, sin olvidar la visita al histórico Hotel Humboldt.
Para los aventureros, El Ávila ofrece rutas de trekking hacia el Pico Naiguatá, el punto más alto del parque, donde las vistas de la costa y del Caribe alcanzan otro nivel de belleza. Es una maravillosa forma de despedirse de la ciudad. Esta panorámica quedará grabada en su memoria.
Lo cierto es que Caracas se despliega ante el mundo con un mosaico encantador de colores, sabores, y sonidos, emergiendo no solo como el corazón palpitante de Venezuela, sino también como un espejo de la cálida alma de América Latina. Esta ciudad, entretejida con el rico tapiz de su historia y adornada por la majestuosa naturaleza que la rodea, se erige como uno de esos raros destinos que, casi sin pretenderlo, siembra en el corazón de quienes viajan a ella el deseo perpetuo de querer siempre volver, no deje de visitarla.
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