Viajes
Un viaje por los mercados navideños
Visitar los tradicionales mercadillos de alguna ciudad europea es el destino perfecto para estas fechas
Un clásico de estas fechas es conocer de cerca los mercadillos navideños europeos. Son mercados al aire libre con larga tradición, donde las compras navideñas se mezclan con los aromas de los dulces y bebidas que se pueden degustar en los acogedores puestos. Suelen estar emplazados en enclaves céntricos y bonitos de las ciudades, por lo que constituyen la excusa perfecta para viajar en estas fechas.
En Londres, el célebre Hyde Park alberga el Winter Wonderland, un paraíso invernal que aglutina las atracciones navideñas, entre las que destaca su mercadillo, con más de 200 puestos muy bien decorados y que ofrecen todo tipo de productos típicos de estas fechas. Junto al mercadillo, se puede disfrutar de una pista de hielo, una noria gigante con maravillosas vistas desde lo más alto y una aldea vikinga.
El mercado de Estrasburgo es el más antiguo de Francia y uno de los más longevos de Europa. Propone más de 300 casetas que se reparten entre las diferentes plazas del centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad. Cerca, Colmar se convierte en un verdadero cuento, con sus casas con entramados de madera, su encantadora arquitectura alsaciana a ambos lados de los canales y sus calles peatonales. En París, destaca el Marché de Nöel Notre Dame, donde sus pequeños chalés venden artesanía o productos gastronómicos como foie gras, quesos, pastel de jengibre o vino caliente, que se puede degustar allí mismo.
Una tradición centroeuropea
En Alemania, se puede elegir entre muchas ciudades, pues los mercados de Navidad son un clásico cuidado con esmero y mimo y ninguno de ellos defraudará. Berlín cuenta con más de sesenta mercadillos, aunque el más bonito es el instalado junto al Palacio de Charlottenburg. Dresde instala uno en cada plaza de la ciudad, si bien cabe destacar el Striezelmarkt en la plaza Altmarkt, cuyo origen data de 1434 y alberga una pirámide escalonada de más de 14 metros de altura y un majestuoso árbol de Navidad.
El mercado de la Plaza del Ayuntamiento de Augsburgo tiene un reloj carillón del que salen los autómatas cantando villancicos, mientras que el de Christkindlesmarkt ofrece narraciones de los cuentos tradicionales de los hermanos Grimm. En todos ellos, se pueden degustar los exquisitos dulces navideños típicos del país, como el stollen o las galletas de jengibre.
El centro de Europa nos ofrece tradicionales mercados en lugares de ensueño, como el de Praga, en la Plaza de la Ciudad Vieja con la catedral iluminada y su reloj astronómico. Allí se pueden adquirir artículos de vidrio, juguetes de madera y marionetas, dulces, vino caliente con especias y grog, una bebida a base de agua caliente azucarada, mezclada con un licor y un aromatizante como el limón. Viena, acoge en la plaza del Ayuntamiento su principal mercado de Navidad, el Christkindlmarkt.
Más al norte, Copenhague se deja tentar con los Jardines de Tívoli engalanados para la ocasión, con el largo helado convertido en pista de patinaje, sus divertidas atracciones y sus casetas con artículos, dulce y bebidas propias de la época.
En Estocolmo, los artesanos que exponen aprovechan para trabajar sus productos dentro de las casetas, instaladas en las callejuelas del casco histórico de la capital sueca y donde es tradicional degustar el aromático vino especiado caliente.
También en España
Las ciudades de nuestro país también instalan mercadillos navideños . En Barcelona, el Barrio Gótico acoge la Feria de Santa Lucía, que data de 1786. Instalada alrededor de la catedral, en ella se pueden adquirir los artículos tradicionales, como árboles de Navidad, muérdago y las figuritas del belén, además del tradicional «tió» y la del «caganer», un clásico escatológico que se pone en los pesebres catalanes. En Madrid, la Plaza Mayor es la ubicación del gran mercado de Navidad, con coloridas casetas donde encontrar todo lo necesario para adornar los hogares durante estas fiestas, como figuritas para el nacimiento, abetos, musgo e incluso artículos de broma para acompañar las celebraciones navideñas.
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