Como 'Star Wars', pero muchísimo mejor que su última trilogía: esta serie es ciencia ficción 'hard'

Para muchos fans de la ciencia ficción, el desenlace de la última trilogía de Star Wars provocó un desencanto que aún perdura en el tiempo y que manchó para siempre el legado de la saga. Aunque la evolución y el trabajo visual nunca fueron un problema, las tramas que se exploraron y la falta de conexión del público con algunos personajes fueron una losa demasiado pesada.

Por eso, descubrir una serie como Foundation puede hacer que sientas un gran consuelo y que experimentes una sensación similar a encontrar agua en medio del desierto.

Basad en la legendaria saga de novelas de Isaac Asimov, esta serie es ambiciosa, profunda, visualmente espectacular y, sobre todo, inteligente. Muy inteligente. Aunque no tiene jedis ni sables de luz, sí comparte algo con el universo de George Lucas: un imperio galáctico en decadencia, un puñado de personajes que luchan por cambiar el curso de la historia y una narrativa que se despliega a lo largo de siglos.

Eso sí, no esperes encontrar aquí nada relacionado con cualidades sobrenaturales, linajes secretos o cualquier elemento de fantasía. En Foundation la clave es la ciencia, la razón y las consecuencias a largo plazo de las decisiones humanas.

Una narrativa galáctica basada en la ciencia, no en la fantasía

Aunque puede que el argumento principal te suene parecido, lo cierto es que se trata de una idea bastante original: el Imperio, aparentemente eterno, está condenado a colapsar. Hari Seldon, el matemático que lo predice gracias a la psicohistoria (una ciencia que estudia el comportamiento de grandes poblaciones), diseña un plan para acortar la inevitable Edad Oscura que se avecina. La solución para por crear una Fundación que se encargue de preservar el conocimiento y guíe a la humanidad en la reconstrucción del futuro.

Lejos de ser un simple relato de ciencia ficción, la serie tiene mucho potencial para dejar a cualquiera reflexionando sobre temas como el poder, el determinismo, la religión y el legado. Esta transcurre a través de saltos temporales poco frecuentes en otras historias, tramas entrelazadas y personajes que evolucionan de forma orgánica, incluso cuando pasan décadas (o siglos) entre episodios.

Todo lo relacionado con el trato de la imagen y el aspecto visual en Foundation es una maravilla. Cada plano parece diseñado al milímetro, con una estética que mezcla la inmensidad del espacio exterior con lo íntimo, consiguiendo que incluso cada episodio se sienta como una película en sí misma. El diseño de producción, el vestuario y los efectos especiales están a la altura de las mejores superproducciones, pero siempre dejando que la historia sea el principal eje sobre el que se cimienta la gran fórmula de esta serie.

Las interpretaciones también aportan solidez. Jared Harris da vida a un Hari Seldon que transmite serenidad, pero está lleno de determinación. Mientras, Lee Pace brilla como el emperador Cleon, un personaje tan fascinante como inquietante. Ambos representan dos formas de entender el control y el cambio, como las dos caras de la misma moneda.

Foundation no es una serie que se deje consumir con el piloto automático puesto. Exige atención, pero recompensa con creces. Si echabas de menos una ciencia ficción que no te trate como a un niño y que te abra la puerta a descubrir una gran historia, esta es tu oportunidad para reconciliarte con el género.

La serie Foundation está disponible en Apple TV+ y marcha por su segunda temporada, aunque en breves se lanzará la tercera y ya está confirmada una cuarta.