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PlayStation estuvo a punto de conseguir la exclusividad de FIFA, algo que hubiera revolucionado el sector del videojuego
La firma japonesa estuvo a punto de rubricar uno de los acuerdos más impresionantes de su historia, aunque finalmente no llegó a concretarse

A finales de los años noventa, cuando la marca PlayStation apenas estaba consolidándose como uno de los pilares del videojuego doméstico, Sony tuvo la oportunidad de alterar para siempre el mapa de los títulos deportivos. En una entrevista reciente, el exvicepresidente de desarrollo de software de la compañía, Juan Montes, reveló que el gigante japonés estuvo “muy, muy cerca” de quedarse con la licencia de FIFA, la popular saga futbolística de EA Sports, con la idea de convertirla en un título exclusivo de sus consolas. Aquella negociación, que hasta ahora se mantenía en secreto, habría significado un golpe de efecto que podría haber cambiado el equilibrio de fuerzas entre plataformas durante dos décadas.
Montes explicó que el proyecto llegó a un punto avanzado, pues Sony ya contaba con la tecnología necesaria e incluso trabajaba en su propio simulador de fútbol, convencida de que el deporte rey era clave para ampliar su público. Sin embargo, pese a las buenas sensaciones a nivel interno, la compañía optó por detener el proceso. No fue por limitaciones técnicas ni por falta de recursos financieros, sino por un cálculo estratégico, ya que temían que arrebatarle la licencia a Electronic Arts dañara una relación comercial que consideraban esencial para el futuro de la consola. Mantener el flujo constante de juegos de terceros, entre ellos los grandes lanzamientos anuales de EA, pesó más que la posibilidad de amarrar una exclusiva que habría sido histórica.
El fútbol sigue siendo un pilar fundamental para los videojuegos
El desenlace dejó a FIFA libre de seguir llegando a todas las plataformas, lo que permitió a EA Sports consolidarse como líder absoluto del género. Por su parte, Sony intentó llenar el vacío con títulos propios como This is Football o World Tour Soccer, que lograron cierta notoriedad pero nunca alcanzaron el nivel de popularidad ni de ventas de la saga de EA. Para los jugadores de PlayStation de la época, el fútbol siguió siendo sinónimo de FIFA, compartiendo espacio con las consolas rivales.
La anécdota ilustra hasta qué punto las decisiones empresariales y las alianzas entre compañías pueden moldear el rumbo de una industria entera. De haberse cerrado aquel acuerdo, FIFA podría haberse convertido en un emblema inseparable de PlayStation, marcando una ventaja competitiva difícil de igualar. En cambio, Sony apostó por preservar su relación con EA, una decisión prudente que, aunque evitó conflictos, dejó escapar una oportunidad única para redefinir la historia de los videojuegos deportivos.
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