Crítica de cine

«Woody Allen, un documental»: El genio se escabulle

Dirección y guión: Robert B. Wiede. Intérpretes: Woody Allen, Letty Aronson, Charles H. Joffe, Diane Keaton. USA, 2012. Duración: 113 min. Documental.

La Razón
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Que un genio acceda a mostrarte su lugar de trabajo, te cuente su horario laboral y te enseñe sus singulares métodos para aprovechar hasta la más prescindible idea que le pasa por la cabeza –apuntándolas en papeles arrugados que guarda en su mesilla de noche–, tiene su gracia. Es una gracia anecdótica, en la medida en que Wiede tiene acceso total a Allen, pero el pudor y, supongo, las cláusulas de confidencialidad le impiden profundizar en temas tan espinosos como la relación amorosa con su hijastra, Soon-yi, y la batalla campal que libró Mia Farrow contra él. Los fans de Woody Allen descubrirán bien poca cosa que las biografías de Eric Lax y de Stig Björ- kman no contaran hace años. Lo mejor del documental es haber recopilado fragmentos de una entrevista con Charles H. Joffe, productor y estrecho colaborador de Allen hasta su muerte en 2008, y atreverse a insinuar que el último tramo de su filmografía –el que se inicia con «Misterioso asesinato en Manhattan»– es como mínimo irregular, y que hay algo en el religioso estajanovismo de Allen que tiene que ver con la lucha contra la muerte y no con el amor al cine. La parte más contemporánea del documental está más descompensada –el montaje original de tres horas era para la televisión pública americana–, pero el conjunto se ve con agrado.