Crítica

El divino tesoro de la juventud

Adriana González es soprano
Adriana González es sopranolarazon

Obras de Mozart, Schumann, Schubert, Donizetti, Chaikovski, Catalani, Bizet, etc. Voces: Jaegyeong Jo, Junhan Choi, Elbenita Kajtazi, Xabier, Anduaga, Elena Bezgodkova, Petr Nekoranec, Carles Pachón, Adriana González. Piano: Stefano Giannini. Orquesta del Gran Teatro del Liceo. Director: Daniel Gil Tejada. Teatro del Liceo. Barcelona, 22-I- 2017.

La gala en el Teatro del Liceo con los principales triunfadores supone el colofón de cierre del Concurso Francisco Viñas. Nada menos que ya con 54 años de historia a sus espaldas. Sin embargo, se conserva joven, de hecho cada vez más joven a tenor de los ocho cantantes que participaron en la citada gala.

Fue en la década de los setenta cuando se produjo la gran ascensión del certamen creado por el yerno del tenor catalán con el premio a Obratsova, convertida rápidamente en estrella de la ópera. La rumana Miricioiu en 1974, Podles en el 81, Mazzola en el 83, Sumi Jo en 1985, Borodina en el 89 o Urmana en el 92 son parte de los hitos de una relación en la que también se hallan Vaduva, Rost, Mazzola, Millo, Schnitzer, Gallo, Rydl, Fraccaro, Gallardo-Domás Nafé, Pierotti, Machado, Sardinero, Orán, Bayo, Fresán, Ombuena, Sala, Rey, María José Moreno...

Posiblemente los artistas que participaban en aquellos años llegaran al concurso con una mayor madurez. Hoy día las carreras se han adelantado y quien no haya conseguido un lugar a los treinta años, es difícil que lo logre más tarde. De ahí que la mayoría de los ocho cantantes en la gala fuesen muy jóvenes. Así Carles Pachón, el que más premios cosechó, apenas sobrepasa los veinte años y se decidió a participar con el apoyo de Mirna Lacambra, en cuya ópera de Sabadell ha abordado algunos roles importantes. La documentación habla de 6 premios oficiales, 3 especiales y 4 extraordinarios, con un valor de más de 97.000 euros, pero hay muchos otros en una ceremonia de entrega que se prolonga excesivamente. Son muchos los que quieren donar y también hacer entrega de su donación, y cómo no respetar tales deseos.

Los ocho participantes mostraron juventud y ganas. También que aún queda trecho por recorrer y parte de ese camino es elegir lo que a uno más le conviene. Así la rusa Elena Bezgodkova arriesgó demasiado con el aria de Lisa de «Dama de picas» y el mismo ganador del primer premio, el checo Petr Nekoranec, escogió bien el aria de «Pescadores de perlas», luciendo una voz limpísima y mucha delicadeza en el fraseo, pero no debió atreverse con los nueve «does» de «La hija del regimiento», página que en el Liceo han cantado hasta la saturación grandes como Kraus, Blake, Bros, Flórez o Camarena. Las comparaciones pueden ser odiosas, pero también inevitables. Adriana González demostró por qué Micaela puede llevarse el gato al agua en «Carmen», pero incluso se superó en el aria de la luna de «Rusalka». El barítono Carles Pachón, que no paraba de entrar y salir del escenario a recoger trofeos, abordó con desenvoltura la cavatina de «El barbero de Sevilla», aunque el timbre perdiese color al final, y estuvo mucho más coartado en «Puritani». En fin, hubo para todos los gustos, desde el «No puede ser» de «La tabernera del puerto», cantada con ganas por un Xavier Anduaga que habrá de cuidar los cambios de color arriba, hasta un «Gute Nacht» de Schubert en el que Junhan Choi casi hizo olvidar que el mundo del lied es poco compatible con Corea, pasando por el Mozart ligero de Jaegyeong Jo o la ambición de la albanesa Elbenita Kajtazi en el aria de la locura de «Lucia». Algunos de ellos están más en el camino que otros y el que acierten dependerá de cómo recorran ese trecho que aún les queda por andar.