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Decapitado el primer europeo en un ataque en el sur de Francia

Los investigadores franceses trabajan en el área del atentado, cerca de Lyon, donde fue hallada la cabeza de un hombre, el supuesto jefe del yihadista Salhi
Los investigadores franceses trabajan en el área del atentado, cerca de Lyon, donde fue hallada la cabeza de un hombre, el supuesto jefe del yihadista Salhilarazon

En el momento de ser detenido, el sospechoso estaba abriendo botellas de acetona presuntamente para provocar una explosión, informó el fiscal jefe de París, François Molins. Previamente había asesinado y decapitado a su jefe.

Francia ha sido atacada de nuevo por el terrorismo, pero el atentado de ayer tiene unas características que añaden horror al horror. Por primera vez los islamistas han procedido a decapitar a una de sus víctimas en suelo francés, como ya hacen en los territorios dominados por Daesh (Estado Islámico) en Siria o Irak. Ayer, poco antes de las diez de la mañana, una camioneta se introdujo en la sede de la empresa americana Air Products, situada en el polígono industrial de Saint-Quentin-Fallavier, al sur de Lyon. Tras pasar el primer control, al que pudo acceder porque disponía de un pase que le autorizaba, el conductor forzó la entrada a la zona de almacenamiento de gases con su vehículo. Tras chocar con varias bombonas de oxígeno intentó abrir otros depósitos de gas y prenderles fuego pero, entre tanto, los bomberos fueron avisados y lograron controlar al agresor. Poco después, la Policía hizo un macabro descubrimiento: en la verja de la fábrica encontraron colgada la cabeza de un hombre rodeada por dos banderas con inscripciones islamistas, como si el asesino hubiera querido escenificar su crimen, como revelaron después las imágenes de las cámaras de vigilancia. A varios metros, se encontraba el cuerpo.

Desde Bruselas, François Hollande, que debía participar en una Cumbre europea, confirmó que Francia estaba ante «un atentado terrorista» y, poco después, su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, desveló la identidad del atacante: «se llama Yassin Salhi», comentó Cazeneuve a la puerta de la fábrica de Air Products, donde se había desplazado, y añadió que el hombre había sido «objeto de una ficha ‘‘S’’ en 2006 por radicalización». La ficha «S», de Seguridad del Estado, es una especie de «alerta», de personas que podrían constituir una amenaza potencial por muy diversas causas. Según Cazeneuve, la ficha «S» de Salhi se había abierto por su cercanía con movimientos salafistas pero no se había renovado en 2008 porque no estaba en relación con ningún tipo de acción terrorista, y «no tenía antecedentes judiciales». Poco después se supo que la víctima, objeto de la macabra puesta en escena de Yassin Salhi, no era otro que su propio jefe, un hombre de unos 50 años que dirigía una empresa de transportes localizada a las afueras de Lyon, y en la que el presunto terrorista trabajaba desde el 1 de abril.

Según los primeros elementos de la investigación, los dos hombres se encontraban en el interior de la camioneta para efectuar la entrega de un pedido en Air Product. Y el patrón habría sido asesinado justo antes de entrar en el recinto. Mientras las autoridades realizaban las primeras declaraciones, «Europe 1», que ya estaba al corriente del nombre del agresor, pudo hablar por teléfono con su mujer: «¿Qué pasa?», preguntó al periodista, «se ha ido al trabajo esta mañana, a las siete, trabaja como repartidor, y le espero como siempre entre las doce y las dos». Pero su cuñada le acababa de llamar y le había dicho que encendiera la televisión. La mujer no se lo podía creer: «No es posible, yo conozco a mi marido. Tenemos una vida de familia normal. El se va al trabajo, vuelve, no hay nada». Cuando intentó llamar a su marido, el teléfono no daba señal. Poco después, la Brigada de Intervención llegó a su casa y la detuvieron junto a su cuñada, mientras se hacían cargo de los tres hijos de la pareja.

Air Products emitió un comunicado en el que afirmaba que todos los trabajadores de su filial en Saint-Quentin-Fallavier «están sanos y salvos», y que la explosión que había tenido lugar por la mañana no había supuesto «ningún riesgo sanitario para las poblaciones cercanas» a la zona industrial. En esta fábrica trabajan 87 personas, la mitad de ellas, en la zona de acondicionamiento y almacenaje de los gases industriales, que era el objetivo que perseguía Yassin Salhi con su atentado. Sólo dos resultaron heridos levemente, pero todos estaban profundamente afectados y fueron atendidos por una célula psicológica del Samur francés. Los responsables de la empresa, clasificada Seveso, reforzaran las medidas de protección.

François Hollande suspendió su presencia en la Cumbre europea en Bruselas y regresó a París para presidir un «consejo restringido», en presencia de sus ministros de Interior, Exteriores, Defensa y Justicia así como de los responsables de los servicios secretos y de seguridad. Pero, ¿qué hacer cuando desde hace meses aseguran que existe la máxima protección en Francia? El presidente francés se limitó a anunciar la elevación del «Plan Vigipirate» a su máximo nivel en la región de Rhône-Alpes durante los tres próximos días para «efectuar todos los controles». El objetivo de Hollande era insistir en que «no debe haber ninguna duda sobre la capacidad de nuestro país para protegerse».