Segovia

El refugio secreto de los Reyes (y de Guindos, Esperanza Aguirre...)

En plena Sierra de Guadarrama se encuentra Cubillo, el pequeño pueblo que Don Felipe y Doña Letizia, junto a sus hijas, han visitado varias veces en busca de un merecido descanso. Allí los recibe su buen amigo Joaquín Guereñu, dueño de una sencilla casa escondida en una callejuela sin salida al final del pueblo

Restaurante El Zaguán en Turégano (Segovia), famoso por el cordero
Restaurante El Zaguán en Turégano (Segovia), famoso por el corderolarazon

En plena Sierra de Guadarrama se encuentra Cubillo, el pequeño pueblo que Don Felipe y Doña Letizia, junto a sus hijas, han visitado varias veces en busca de un merecido descanso

Los Reyes españoles siempre han sentido debilidad por Segovia. Situada a pocos kilómetros de Madrid, esta pequeña provincia ha contado tradicionalmente con el beneplácito real. Desde el Alcázar al Real Sitio de la Granja o el Palacio de Riofrío que mandara construir Isabel de Farnesio para su «destierro» de la corte en tiempos de Fernando VI, el atractivo de estas tierras al otro lado de la Sierra de Guadarrama ha sido una constante en la monarquía española. Y la tradición parece perpetuarse en el tiempo. Eso sí, esta vez dando la espalda a las grandes construcciones de innumerables habitaciones y buscando la discreción más absoluta.

A 30 kilómetros de la capital segoviana, en pleno Parque Natural de la Sierra de Guadarrama y con un paisaje idílico, encontramos una sucesión de pequeños y bellos pueblos donde parte de la clase acomodada madrileña ha ido estableciendo sus residencias de fin de semana. Empresarios y directivos de multinacionales españolas, diseñadores de prestigio internacional, representantes de actores, periodistas..., la lista de personalidades que podemos encontrar desperdigadas por estas villas sorprendería a más de uno, sobre todo por la discreción con la que se ha desarrollado esta amable «invasión».

Cubillo es uno de esos pueblos. Perteneciente a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, a él se accede a través de una única carretera que convierte el camino en una aventura en medio de un entorno único. Sorprende al llegar allí el cuidado con el que se mantiene este enclave, así como la abundancia de impecables casonas de estilo segoviano, elegantes y disimuladas mansiones de campo. A primera vista, nade diría que en esta población con algo más de 70 habitantes censados podemos encontrar como vecina a la directora de Kindle en España, Koro Castellano, y a su marido, diputado de Podemos y ex director de Greenpeace España, Juan López de Uralde. Y no son los únicos nombres que aparecen en la prensa con residencia allí.

Desapercibida

Al final del pueblo, en una callejuela sin salida, encontramos una sencilla casa con un gran portón de madera y porche segoviano. Cuesta descubrirla, ya que pasa perfectamente desapercibida al estar algo alejada de la vía principal. Pero todo el mundo en el lugar sabe a quién pertenece. Se trata del periodista y empresario Joaquín Guereñu. Él ha sido el encargado, en repetidas ocasiones, de hacer de anfitrión de los Reyes de España, de los que es un muy buen amigo, como indican a este periódico los lugareños.

Parcos en palabras, los vecinos apenas hacen un gesto de asentimiento cuando se les pregunta por sus notables visitantes, pero confirman «sotto voce» la presencia repetida de Don Felipe y Doña Letizia en esa coqueta residencia, que en su día perteneció a la familia de Esperanza Aguirre y que el periodista Fernando Schwartz alquiló hace unos años. Eso sí, confirman que se han dejado ver más de una vez, sobre todo cuando eran Príncipes. Parece que Doña Letizia, defensora de los fines de semana familiares, disfrutaba escapándose con la familia a este paraje donde poder gozar del tiempo libre con sus hijas lejos de las cámaras y en un lugar perdido y de difícil acceso, pero todavía cerca de Madrid. La actual Reina, empeñada en integrar a las Infantas en la realidad social, tiene verdadera predilección por las escapadas campestres y éste ha sido, en innumerables ocasiones, un lugar de retiro en el que las pequeñas disfrutaban jugando con los niños de su edad por las calles de Cubillo.

Parece que la familia Borbón lleva en la sangre las visitas de descanso a Segovia y, como ya hicieron sus antepasados (véanse Alfonso XII o Fernando VI), Don Felipe y Doña Letizia no han dudado en tirar de un gran amigo para desconectar de Madrid en unas visitas que nunca han pasado desapercibidas, no sólo para Cubillo, sino tampoco para los pueblos de alrededor. Basta acercarse, por ejemplo, hasta Turégano, a poco más de diez minutos en coche, para descubrir cómo la presencia real también ha sido objeto de comentario en esta localidad principal y en la que nadie confirma ni desmiente las visitas de los monarcas. Quizá a los segovianos también les va en la sangre la protección de la intimidad de los Reyes españoles.

Cubillo sólo es un nombre más en la lista de destinos preferidos por el matrimonio formado por Don Felipe y Doña Letizia, aunque bien es cierto que figura en un lugar destacado por la cantidad de veces que han repetido el trayecto hasta la casa de su amigo, Joaquín Guereñu. Desde la llegada de la actual Reina a Zarzuela, las vacaciones de Sus Majestades se han visto alteradas. Famosa fue la frase que le dijo a nuestra compañera Carmen Duerto en su primer verano en Mallorca: «¿Tú crees que esto son unas vacaciones?», expresando su deseo de unos días de descanso alejada del foco mediático. Y, dicho y hecho, Doña Letizia impuso un nuevo calendario de vacaciones donde a las oficiales se unen las privadas y sus escapadas de fin de semana.

Turquía, Nassau, Grecia

La Familia Real ha conseguido dar de lado a los fotógrafos en muchas ocasiones, aunque posteriormente han trascendido sus visitas a Turquía, Nassau, Grecia, México, Portugal y Croacia. Además, a la Reina Letizia le encanta desconectar, siempre que sus compromisos oficiales se lo permiten, durante los fines de semana. Es frecuente verla en festivales de música, como el FIB de Benicàssim, donde asistió al concierto de la banda The Killers, en 2013, o en el Palau Sant Jordi de Barcelona, que visitó para escuchar a Bon Jovi. Además, Jávea y Aguas Blancas, en Almería, son otros destinos elegidos por Doña Letizia. Asimismo, disfruta de fines de semana de «shopping» en Londres o esquiando en Los Alpes. Tampoco reniega de sus visitas de incógnito a los lugares de moda de Madrid o al Museo del Prado, donde pudimos verla en uno de sus últimos «planes de chicas» con sus hijas.

De ruta por la Sierra de Guadarrama

Quizá la clave del éxito de esta zona limítrofe con Madrid sea la calidad y discreción de su propuesta. Con un paisaje donde siempre está presente la impresionante Sierra de Guadarrama (otra opción es acudir al Parque Natural Hoces del Río Duratón), cerca de Cubillo encontramos lugares como el hotel Finca Fuente Techada, un coqueto lugar rodeado por 11 hectáreas de terreno construido con elementos de edificios antiguos, como las puertas de la Casita del Príncipe de La Granja. Allí no es raro encontrarse con algún rostro conocido, ya sea de la cultura, el ámbito social, económico o la política.

Cerca de Cubillo encontramos también Pedraza, uno de los pueblos más bellos de nuestro país, donde la televisiva chef Samanta Vallejo-Nájera instaló su espacio para celebraciones. Turégano, con su impresionante castillo (mitad fortificación medieval, mitad iglesia) que albergó la prisión de Antonio Pérez, el traidor secretario de Felipe II, destaca también como un lugar que visitar. Allí tiene fama el cordero, que se puede degustar en el restaurante El Zaguán. El de La Matita, en Collado Hermoso, otro pueblo de la zona de la sierra, también cuenta con muchos afines y es, como El Zaguán, de esos lugares en los que conviene reservar.

Eso sí, si nuestro interés es conocer de primera mano cómo viven Sus Majestades un fin de semana de campo, en el propio Cubillo encontramos la Casa Rural La Fuente, situada pared con pared con la «residencia de fin de semana» de Don Felipe y Doña Letizia. Si preferimos el modo de vida de los primeros Borbones, bastará con reservar una habitación en el emblemático Parador de La Granja de San Ildefonso. Eso ya va en gustos.